La Generalitat de Cataluña mantiene hoy el referéndum sobre su independencia, a pesar de tener muchos elementos en contra. Los colegios donde se puede votar estarán cerrados a primera hora de la mañana. Los miembros de la mesa serán multados con 300.000 euros si participan en el referéndum, y la Guardia Civil intervino ayer mismo el procedimiento informático para contar los votos. La Asamblea Nacional de Catalunya ya hablaba ayer de que la consulta será un éxito si participan un millón de catalanes, rebajando las expectativas de la Generalitat de hace unas semanas.
No habrá referéndum. A estas alturas hablar de referéndum parece excesivamente optimista. Se ha desmontado toda la infraestructura y, por lo tanto, lo único que cabe ahora esperar es ver qué ocurre durante el día de hoy en Cataluña. Ayer se celebraron distintas concentraciones y no hubo ningún incidente importante, pero hoy puede ser otra cosa. Habrá que ver cómo se desarrolla el desalojo de aquellos colegios electorales que desde el viernes están repletos de padres e hijos, que con la excusa de realizar actividades han dormido en los centros. A las 6 de la mañana deberán abandonar los colegios o pueden producirse momentos tensos con los Mossos.
Irresponsabilidad. Evidentemente habrá que esperar a que pase el 1 de octubre y analizar cómo se ha desarrollado la jornada, pero la responsabilidad de todo lo que ocurra habrá que adjudicársela a Carles Puigdemont por mantener un referéndum ilegal, suspendido por el Tribunal Constitucional, y crear expectativas entre los catalanes con una consulta imposible. Se ha llegado demasiado lejos y se ha engañado a los ciudadanos. Además, se ha incumplido la ley y se ha malversado dinero público. En el Parlament se han superado todas las líneas rojas posibles durante la aprobación de la ley para poner en marcha el referéndum. Lo único que cabe esperar es que durante el día de hoy no haya incidentes y que la jornada se desarrolle dentro de la normalidad.