Este periódico informaba ayer que en la última década los desempleados de larga duración, todos aquellos que llevan más de un año sin encontrar un trabajo, se han triplicado por culpa de la crisis económica. En Ibiza, dice el informe de la Conselleria de Treball, uno de cada diez desempleados llevaba más de 12 meses en busca de empleo, mientras en Formentera la proporción era de uno por cada diez.
El perfil.
Los parados de larga duración tienen más de 45 años y esta situación afecta especialmente a las personas que tienen un bajo nivel de estudios. Estos datos no deben sorprender a nadie, pero generan un problema de gran calado social que debe corregirse. Además de este colectivo de personas de más de 45 años y de baja formación, en Ibiza el problema del paro de larga duración ha afectado especialmente a las personas que trabajaban en el sector de la construcción, uno de los más afectados por la crisis.
La experiencia como valor.
La crisis económica que comenzó en 2007 ha dejado muchas víctimas, muchas personas que han perdido sus casas, que han visto rotas sus expectativas personales y laborales, pero evidentemente la situación ha sido mucho más cruel con determinados colectivos. La edad no debería ser un hándicap para nadie que busque trabajo. Porque hoy en día una persona con más de 45 años se encuentra en plenas facultades y acumula una experiencia aprovechable para cualquier empresa. Lo preocupante sería que las empresas buscasen a trabajadores más jóvenes y con menos experiencia para ahorrarse dinero. Pero lo que sí debe ser un estímulo es el tema de los estudios. Los parados de larga duración deben ser conscientes de que tienen que aprovechar los meses de paro para seguir formándose para disponer de más oportunidades laborales. La crisis económica ha castigado a los más débiles, pero la sociedad no debe consentir que haya tantos trabajadores condenados a no encontrar un empleo durante años.