El alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, ha negado que tenga nada que ver con la sanción impuesta al Grupo Prensa Pitiusa por no tener un vado en su puerta de acceso. La respuesta es la esperada porque resulta difícil de explicar que ha impuesto una sanción que puede llegar hasta los 3.000 euros por venganza. Sin embargo, hay cuestiones sorprendentes y que conviene analizar. El alcalde dice que desde principios de legislatura el gobierno municipal acordó tomar medidas contra los vados. Si es así, ¿tiene alguna explicación que lo haga en el tercer año de legislatura? ¿Puede explicar el alcalde cómo es posible que las instalaciones municipales no tengan vado y ahora se exija a las empresas que sí lo tengan, cuando hasta ahora no era necesario?
Revanchismo.
“No tengo nada en contra de la empresa, ni es mi manera de funcionar el ir en contra de ningún empresario en concreto”, ha declarado Ruiz sobre la polémica de los vados. Deberíamos recordarle al alcalde los ataques que ha recibido este medio de comunicación por parte del primer edil y sus compañeros de gobierno y de partido por las informaciones veraces en relación al escándalo protagonizado por Alfonso Molina. Los comentarios publicados por Ruiz en las redes sociales muestran claramente su animadversión contra este grupo y por lo tanto sus justificaciones no son creíbles. Este periódico no quiere ningún trato de favor, pero lo que no es admisible es que se aplique una normativa hasta ahora inédita por puro revanchismo, que es lo que parece que ha ocurrido con este asunto. Y encima, que para camuflarlo, como parece el caso, se denuncie a otras empresas del mismo polígono cuando jamás se les ha planteado que tengan obligación de tener vado. Tan es así que tampoco lo tienen otras dependencias oficiales del Consell ni las principales instalaciones deportivas municipales.
Dos varas de medir
Ante esta aplicación tan estricta de los vados, que ahora defiende el alcalde, sorprende lo flexible que fue Ruiz con las motocicletas que aparcaban encima de la acera del negocio de su propio padre y que tuvo que retirar ante las informaciones publicadas también por este medio. Un alcalde no puede gobernar por revanchismo, ni utilizar la Policía Local para sus intereses partidistas. Eso es grave y merece una investigación con urgencia.