La consellera insular de Salud, Lydia Jurado, dice que el Hospital Residencia Asistida de Cas Serres no es tercermundista. Es cierto, no lo es. Pero la habitación donde se pretendía ingresar a Josefa Escandell Serra, lo parece. A ello a buen seguro contribuye su gestión, absolutamente nefasta, una completa nulidad. Que el cargo le viene grande es más que evidente y es dudoso que en los tres años que lleva como consellera insular de Sanidad, Bienestar Social, Igualdad y Relaciones con entidades y asociaciones, haya logrado resolver alguno de los problemas que competen a su departamento. Especialista en echar balones fuera y en no asumir jamás su responsabilidad por nada, ahora lo ha vuelto a hacer.
Deficiencias de todo tipo.
Las deficiencias en cuanto a instalaciones, mobiliario, equipamiento y dotación de personal de Cas Serres tristemente ya no son noticia, sino el pan de cada día. Pretender -como intenta la consellera- acallar las críticas envolviéndose en la manta de profesionalidad del personal es una torticera manipulación que solo a Lydia Jurado se le ocurriría porque no cuela de ningún modo. La familia de Josefa Escandell, la anciana de 92 años y vecina de Sant Jordi que a finales de mayo sufrió un ictus y que requiere de constantes cuidados, no ha puesto en cuestión la profesionalidad del personal de Cas Serres, sino el estado deplorable de una habitación que se supone que es de un hospital, cuando la pensión más cutre de toda Ibiza presentaría mejor aspecto.
Jurado debe dimitir.
Pero es que sigue siendo una barbaridad que en el turno de noche únicamente haya un profesional de enfermería para 165 pacientes que están allí ingresados. Falta personal y falta inversión. Y seguramente todo eso falta porque se carece de una consellera diligente y responsable, no una profesional del escapismo. Si no está en condiciones de solucionar ningún problema de los que afectan a Cas Serres, lo mejor que puede hacer Lydia Jurado es dimitir y dejar paso a alguien con más aptitud y competencia. No será difícil que lo haga mucho mejor. La sociedad ibicenca y también los usuarios y el personal de Cas Serres lo agradecerán.