El hecho de que los juzgados de lo Social y lo Contencioso de Balears sean los más lentos de España es la constatación de que la Administración de Justicia del Archipiélago está mal dotada en medios y en personal. No hay otra explicación a esta evidencia pese a que se ha notado una ligera mejoría en los últimos años. Parece mentira que las Islas, que gozan de una de las estructuras económicas más dinámicas de toda España, tengan que padecer luego este contrapunto que a todas luces muestra ribetes de tercermundismo. La a veces exasperante lentitud en la tramitación de los expedientes no se puede achacar a la actitud de jueces y funcionarios, que hoy han convocado una jornada de huelga, sino a que se ven forzados a trabajar en condiciones precarias.
Reacción institucional.
El buen funcionamiento de los juzgados y de la Administración de Justicia en su conjunto es altamente beneficiosa para el conjunto de la sociedad. Y también para el resto de instituciones públicas, ya que todas ellas están obligadas a velar para el mejor servicio posible a los ciudadanos en todos los ámbitos de convivencia con especial atención a las relaciones empresariales y laborales, básicas para las sociedades desarrolladas. El conjunto de las instituciones baleares deben reaccionar y reclamar al Estado central la mejor dotación posible en medios y personal para los juzgados. Es imprescindible que lo hagan.
Demasiados años de penurias.
Lo peor para los juzgados de Balears es que llevan demasiados años de carencias estructurales. Caer en la cola de España a causa en la lentitud en cerrar los expedientes no es la consecuencia de un año o dos de disfunciones. El problema viene de lejos. Se debe a lustros de falta de medios. Aunque en algún ejercicio haya leves mejorías, el mejor y más dotado funcionamiento de la administración de Justicia en otros territorios hace que Balears continúe a la cola.Es necesario que toda la sociedad civil haga oír su voz en defensa de sus jueces y funcionarios.