La entrada en vigor, hoy, de la fase 1 de la desescalada en Mallorca, Menorca e Ibiza -que se añaden a Formentera, donde arrancó el pasado lunes- implica la reanudación de los vuelos regulares entre las islas, pero sólo al 50 por ciento de su capacidad y únicamente por causas de fuerza mayor. O sea, para regresar a la vivienda habitual, por motivos laborales inaplazables, causas sanitarias, y atención a personas mayores o discapacitadas. Con estas restricciones, a las que hay que añadir las limitaciones en las conexiones aéreas con la península, Balears empieza a recuperar movilidad, lo que exige una gran responsabilidad individual, a la que apeló ayer la presidente Francina Armengol. El Govern es consciente de que no cabe cometer errores para evitar pasos atrás en la lucha contra la pandemia, porque la clave para la reactivación económica de las Islas radica en la conectividad, o o sea, el movimiento de personas en puertos y aeropuertos para que puedan entrar y salir.
App móvil para detectar positivos.
Pero no puede existir movilidad sin seguridad, lo que exige evitar los contagios. En este escenario Armengol anunció que el Govern gestiona con el Instituto de Investigación de la UIB y la Fundación BIT la puesta en marcha de una aplicación móvil, con la que ya trabajan otros países europeos, para rastrear los contactos de personas, Una app móvil para detectar los positivos, que podría estar operativa en junio.
Baleares, región de prueba piloto.
Baleares, cuya economía depende de la afluencia de visitantes, necesita una app de detección precoz de la covid-19 que sea compatible con otros sistemas europeos. Un sistema que no comparta datos de ubicación ni personales, que pueda utilizarse en España y otros países. Este es el modelo que impulsa el Govern. Sanidad debe valorar y apoyar esta acertada iniciativa de Balears para autorizar su utilización y que nuestra islas sean la región para realizar las pruebas piloto.