La caída del consumo en Balears durante el segundo trimestre ha superado el 10 por ciento, con un recorte sin precedentes del gasto de las familias, según el informe elaborado por la Fundación Impulsa bajo la dirección del doctor Antoni Riera. Es una de las consecuencias de la crisis por el coronavirus y las semanas de confinamiento que aporta otros datos del derrumbe: el PIB se ha hundido en España un 18,5 por ciento en este segundo trimestre, lo que constituye el desplome más fuerte desde que, en 1970, empezaron a realizarse registros estadísticos, y supone que la economía española entra en recesión, al acumular dos trimestres consecutivos de caídas. Al mismo tiempo, las cuentas públicas entran en zona de alto riesgo por la disminución de los ingresos en 7 por ciento y el aumento del gasto en un 23 por ciento. Todo ello incrementa el déficit de la administración central, que se sitúa en un 4,36 por ciento del PIB, cinco veces más que en junio de 2019, y el equivalente a 48.767 millones. Son los números de la recesión.
Mayor impacto en Balears.
Si preocupante es este escenario y las previsiones económicas para el conjunto de España, peores son los datos y mayor el impacto en Balears, porque la Fundació Impulsa calcula que la caída del PIB en el archipiélago habrá sido de un 36,4 por ciento durante el segundo trimestre. Un hundimiento que el doctor Riera califica de «histórico» y de una «magnitud impensable», que revela la intensidad de la crisis.
Necesitamos más recursos y estímulos.
La magnitud del estancamiento de la economía balear por su enorme dependencia de la actividad turística, con incidencia sobre el conjunto de la población, justifican que las Islas reciban, urgentemente, más recursos y estímulos. Mal financiados y sin ver compensados los sobrecostes de insularidad, ya no podemos seguir siendo una comunidad que aporta al Estado. Es el Estado que, por solidaridad y cohesión territorial, debe salir al encuentro de Balears.