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Editorial

Una anomalía a corregir en transportes

Ibiza |

El hecho de que la competencia en transporte público esté transferida a los consells de Ibiza, Formentera y Menorca pero no al de Mallorca supone una anomalía que debe ser corregida, además de un aprendizaje ante futuros traspasos que no se hagan simultáneamente. Como consecuencia de la negativa del Consell de Mallorca a aceptar dicha competencia, en la mayor de las Baleares el transporte público por carretera es competencia del Govern, así como el tren y el metro de Palma y, como tal es sufragado a través de los presupuestos de la Comunidad. Es obvio que una institución no puede obligar a otra a asumir una competencia si no desea gestionarla, al igual que tampoco puede frenar que otras incrementen su autogobierno. La solución pasa, pues, por equilibrar los recursos y los servicios que reciben los ciudadanos con independencia de la administración que gestiona una competencia.

Autobús gratis a los menores de 16 años.
La controversia no es nueva. La legítima decisión del Govern balear de subvencionar el viaje en transporte público a lo menores de 16 años ha propiciado, no obstante, que vuelva a tener presencia en el debate político. A raíz de esta decisión, el Consell d'Eivissa ha propuesto esta semana que el Govern asuma el coste de las bonificaciones que los menores de edad ibicencos reciben desde el año 2018 cuando se implantó la gratuidad de los billetes retrayendo fondos de otras partidas de los fondos recibidos en base al cálculo de la Ley de Consells, de la misma manera que la nueva subvención a los viajeros mallorquines restará financiación para otras iniciativas del Govern que podrían destinarse a cualquier isla.

Agravio histórico.
Las cifras que se han ido conociendo de gasto per cápita en materia de transportes evidencian el agravio comparativo que ahora se verá incrementado. Una de las pruebas lacerantes de ello fue el traspaso de 10 millones de euros de los beneficios obtenidos en los puertos autonómicos, entre ellos los de Sant Antoni y Santa Eulària, a sufragar el agujero de Serveis Ferroviaris de Mallorca.

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