Hace ya 10 días, la presidenta Francina Armengol, presentó en Madrid la nueva ley turística balear. Un evento que se vendió como de gran trascendencia por los que cambios que supondría en el nuevo texto normativo turístico balear y que contó con la asistencia de la vicepresidenta Yolanda Díaz y la ministra de Turismo, Reyes Maroto. Hace 10 días trascendió como uno de los puntos principales que la nueva ley incluye obligaciones para el sector hotelero como las camas elevables para evitar enfermedades laborales en las camareras de piso, la implantación de sistemas de ahorro de agua y la limitación de uso de plástico y papel. En aquel momento, Armengol abogó por la colaboración del sector turístico de las islas.
Sin información.
Esta presentación por todo lo alto en Madrid causó estupor en las patronales turísticas de Ibiza y los Consells de las Pitiusas, que fueron quienes primero reconocieron en Baleares que el Govern no les había presentado ni una línea de la nueva normativa turística. Tanto patronales como Consells recordaron, y siguen haciéndolo, al Govern que al tratarse de una ley de tanta importancia para las Islas se debería haber contado con un consenso o, al menos, algo de información previa. Días después, se han acabado sumando el resto de patronales y partidos políticos de Baleares a las críticas que inicialmente nacieron desde las Pitiusas.
Falta de lealtad.
Tras la celebración de Fitur, el conseller balear de Turismo se negó públicamente a admitir que no había habido contactos con Ibiza y Formentera hasta que Armengol presentó la norma en Madrid. Es más, afirmó que sí que se había informado a patronales y Consells pitiusos, algo que desde aquí niegan porque no es cierto. La falta de información y de lealtad institucional es tal que el borrador de esta nueva normativa turística hace sólo dos días que ha llegado al Consell d'Eivissa. Pese a este descontrol inicial, es vital que el Govern consensúe y dialogue con los Consells de Ibiza y Formentera la nueva norma, pues son quienes ejercen las competencias en Turismo, así como con las patronales, con quienes deben hablar sobre los cambios que quieren implantar.