Con el levantamiento del secreto de sumario, están trascendiendo una serie de detalles realmente escalofriantes de los trapicheos y actividades ilegales que llevaba a cabo la organización de narcos desarticulada en Baleares en la bautizada como operación Enroque Bal/Manso, ejecutada este verano de manera conjunta entre la Guardia Civil y la Policía Nacional. El cerebro de la red era supuestamente el abogado Gonzalo Márquez y en la parte más alta de la pirámide de la banda los investigadores colocan al luchador Stefan Milojevic; el inspector de la Policía Nacional y exjefe de Drogas, Faustino Nogales; y ‘El Vito’, el hasta ahora capo de Son Baya (Mallorca). Todos ellos fueron detenidos y se encuentran en la actualidad en prisión. También ha caído un policía portuario, que facilitaba presuntamente la entrada de grandes cantidades de sustancias estupefacientes. De acuerdo con las intervenciones y las escuchas policiales, la trama mafiosa pretendía «inundar» las Islas de droga y, de hecho, en la operación se han intervenido 687 kilos de cocaína y 2.500 kilos de hachís.
Ibiza, puerta de entrada.
Los responsables de los mencionados cuerpos policiales ofrecieron este jueves una rueda de prensa en la que ofrecieron detalles sobre esta importante operación contra el narcotráfico. En este sentido, Ibiza era la puerta de entrada de la droga a las Islas. El grupo criminal desmantelado introducía la droga de varias formas, principalmente a través de Ibiza, para posteriormente distribuirla por el resto del archipiélago y la península, así como en países del resto de Europa. A modo de ejemplo, en el caso del hachís, usaban «embarcaciones neumáticas de gran potencia que trasladaban la droga desde el norte de África hasta un punto concreto del Mediterráneo», donde aguardaban otros barcos para llevar la sustancia a Ibiza.En total, los investigadores han incautado 1.543.300 euros, 2.500 kilos de hachís, 687 de cocaína, tres de marihuana, uno de metanfetamina, LSD y pastillas, y cantidades menores de heroína y speed. En este punto es preciso recordar que una de las intervenciones más relevantes se produjo el pasado 9 de julio, cuando los cuerpos policiales interceptaron en el puerto de Valencia 675 kilos de cocaína, que previamente había sido recogida en el Mediterráneo y trasladada a Ibiza para su envío unos días después a la península y a varios países europeos.
En total, se han desmantelado cuatro cultivos de marihuana con más de 1.500 plantas y se han decomisado 16 armas, de las cuales la mitad son reales y contaban con numerosa munición y silenciadores, mientras que el resto eran simuladas. A ello se suma, además, que «iban armados y no se andaban con chiquitas», según manifestó Paco Molina, portavoz de la Guardia Civil.
Éxito policial.
La desarticulación de esta banda criminal es todo un éxito del trabajo coordinado entre la Policía Nacional y la Guardia Civil. Aunque en ocasiones parece olvidarse, la droga es una lacra. Mata, envenena y destroza vidas y familias. La Justicia debe ser implacable con sus mercaderes y también con los que lavan su dinero.