Gane quien gane las elecciones, parece que el proyecto de construcción de un campo de golf en Cala d'Hort tiene los días contados. La decisión del Partido Popular de incluir en su programa electoral la adquisición de los terrenos propiedad de Calas del Mediterráneo cierra definitivamente el cerco contra el proyecto más controvertido de las Pitiüses, el que ha aunado más acciones continuas de protesta y un seguimiento sin precedente de su tramitación. El PP ha atajado una de las demandas que más votos les podía hacer perder en las próximas elecciones y que se convirtió en símbolo de una etapa de desarrollo que culminó con una masiva manifestación y una serie de medidas de ordenación del territorio de ámbito autonómico. La promesa se encuentra, así, en los dos principales programas electorales que concurren a las elecciones autonómicas, después de que el Pacte Progressista anunciara desde que se inició su gestación que el proyecto nunca se desarrollaría si su opción ganaba los comicios del 13 de junio.
La promotora del golf se encuentra, así, frente a una única posibilidad. Después de casi diez años de tramitación su proyecto está abocado a un final inesperado para ellos y deberá negociar con aquel que venza en las urnas las condiciones que les hagan desistir de sus planes. El PP, al igual que la práctica totalidad del sector turístico, apoya el golf como una de las mejores posibilidades de avanzar en la prolongación de la temporada, pero el simbolismo de Cala d'Hort, uno de los enclaves más hermosos y mejor preservados de la isla, ha tenido una influencia fatal para este proyecto en concreto y supondrá un freno para cualquier otra iniciativa de este tipo. Con todo, la sociedad ha visto resuelto uno de los problemas que más le ha preocupado en los últimos años. Habrá que ver todavía el precio.