En los últimos tres días se han producido dos acontecimientos históricos para el deporte pitiuso. Por un lado, la proclamación de Eivissa como sede del Campeonato del Mundo de triatlón del año 2003, y por el otro, la convocatoria por vez primera de dos atletas ibicencos, Mar Sánchez y Felipe Vivancos, para participar en un Mundial de atletismo. En ambos casos, la localidad canadiense de Edmonton ha tenido un protagonismo especial. Fue allí donde se decidió que la candidatura ibicenca era la idónea para organizar un mundial de triatlón y también será en este lugar donde se celebre a partir del tres de agosto el Campeonato del Mundo de atletismo. Edmonton estará, desde ahora y para siempre, en el recuerdo del deporte pitiuso porque fue allí donde se vivieron dos de los mayores logros de nuestro deporte.
Ambos casos tienen un punto en común: la ilusión. Ilusión de futuro en el caso del triatlón, que de la mano de Juanjo Serra y tras varios años organizando con éxito la prueba del Home de Ferro, a su vez Campeonato de España de larga distancia de la especialidad, se ha conseguido un Mundial de un deporte que ya es olímpico y que tiene millones de seguidores en todo el mundo, sobre todo en el anglosajón. Ahí, Eivissa tiene mucho que ganar y los éxitos precedentes auguran un buen futuro a este macro acontecimiento internacional.
Con Mar Sánchez y Felipe Vivancos es obvio hablar de ilusión de futuro. Ambos son muy jóvenes y todavía no han llegado a su madurez deportiva. Mar ya acudió a Sidney y tiene esa pizca de experiencia que le falta a Felipe. Aun así, los dos han demostrado una capacidad competitiva fuera de lo normal que se ha traducido en un buen puñado de títulos y de importantes marcas. Edmonton debe ser para los dos el punto de partida de una exitosa trayectoria deportiva.