Basta visitar una ciudad como Londres en pleno invierno y ver cómo sus estaciones de metro están adornadas con enormes carteles que reproducen las cálidas playas de las Islas Vírgenes, por ejemplo, para darse cuenta de la importancia que tiene la promoción turística para una región como la nuestra. El cliente que conoce Balears quizá no lo necesite, pero hay todavía millones de europeos, norteamericanos, japoneses... que aún no han oído hablar de nuestras Islas y nunca han visto una fotografía de ninguna de las bellezas que ofrecen.
Por eso resulta incomprensible que un organismo como Turespaña, encargado de la promoción turística del país en el exterior se haya «olvidado» de Balears "precisamente, primer destino turístico español" en su nueva campaña para el extranjero.
Canarias, Cataluña, Valencia "dos veces", Madrid y Cantabria han sido las comunidades elegidas para ilustrar estas campañas, todas ellas gobernadas por los conservadores. Pero además Balears sale bastante mal parada en la web oficial del organismo, donde ni siquiera se menciona que Eivissa es Patrimonio de la Humanidad y donde se presentan claras deficiencias informativas.
Así las cosas, resulta muy fácil atacar al Govern balear por su iniciativa de poner en marcha la ecotasa, relacionar este nuevo impuesto con la bajada de turistas y abandonar al Archipiélago en la promoción exterior.
Se percibe nuevamente la sombra del politiqueo puro y duro detrás de esta postura del Gobierno central. En su ciego enfrentamiento al Govern del Pacte "el recurso contra la Ley de Paridad no es más que otro ejemplo", desde Madrid intentan torpedear la política autonómica sin medir las gravísimas consecuencias que podría sufrir la población balear.