El president del Govern, Francesc Antich, se ha comprometido ante el Consell Social de la Llengua Catalana a fomentar el uso del catalán en el ámbito de la sociedad balear mediante un pacto que comprometa a sus principales instituciones y organismos, tanto públicos como privados. Tras una etapa de manifiesta tibieza respecto a la promoción del idioma propio y cooficial de nuestra Comunitat Autònoma durante la pasada legislatura, ahora se quiere poner en marcha una estrategia que permita recuperar el tiempo perdido y, lo que todavía es más trascendental, frenar el palpable retroceso que el uso de la lengua catalana está teniendo en cada vez capas más amplias de nuestra sociedad.
Acierta Antich cuando atribuye al aluvión de nuevos residentes, fruto del acelerado proceso de inmigración que vive España y del que Balears no ha quedado al margen en los últimos años, como uno de los factores determinantes de la situación que vive el catalán en nuestras Islas. La integración social de colectivos, cada vez más amplios, procedentes de otras culturas pasa por el conocimiento primero y el uso después del que es idioma propio de Balears, la lengua catalana.
La cuestión más delicada estriba en lograr alcanzar un método eficaz para alcanzar los objetivos de los planes de normalización lingüística, toda vez que la simple imposición no es, por el rechazo que provoca, el camino más adecuado. Las escuelas, donde la convivencia multicultural es un fenómeno muy próximo y cotidiano, pueden ser un punto de partida para garantizar éxitos a medio plazo en la mejora de la presencia social del catalán en Balears. Quizá sea mejor huir de los planes efectistas y comenzar a trabajar con perspectiva de futuro si no se quiere alcanzar, por desgracia, un punto de no retorno.