El nombramiento de Felisa Vidal como magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Baleares ha resultado toda una sorpresa. Se esperaba, se daba prácticamente por hecho, que el Consejo General del Poder Judicial nombraría a Carmen de España, que figuraba en la terna del Parlament con el aval del PSOE. Felisa Vidal había sido propuesta por el PP.
De entrada debemos dejar constancia de la excelente preparación y aptitudes de las tres candidatas "Carmen de España, Felisa Vidal y Francesca Mas, propuesta por el Bloc" que hacen idónea para el cargo a cualquiera de ellas.
A ciencia cierta nadie sabe qué ha pasado para que la elegida haya sido precisamente la que acudía como «número dos». El actual sistema de nombramientos de dos de los magistrados del TSJB establece una suerte de equilibrio entre magistrados de uno y otro «bando». En esta ocasión se cubría la vacante de un magistrado que en su momento había sido propuesto por el PSOE. En el Parlament se había consensuado que en el primer lugar de la terna figurase la candidata presentada por el grupo socialista. Tradicionalmente el Consejo General elegía siempre al situado en el primer lugar de la lista. Era una norma no escrita. Esta vez no ha sido así para sorpresa de dirigentes socialistas y populares.
Hay quien deduce que ha habido una clara falta de comunicación desde Balears hacia las altas esferas judiciales en Madrid. Otra teoría explica el hecho como una especie de «reparto» de magistrados de distintas tendencias políticas en las diversas autonomías. Así, a Balears le habría «tocado» una magistrada propuesta por el PP para compensar la designación de magistrados progresistas en otros tribunales superiores.
Sea cual sea la razón, lo cierto es que una vez más se ha politizado el nombramiento de un magistrado y se arrojan más dudas sobre este sistema de nombramiento de miembros del TSJB a propuesta de los distintos partidos