El Señor- hemos escuchado en el Evangelio-, curó a la suegra de Pedro y a otros enfermos que padecían diversas enfermedades. Y de madrugada, todavía oscuro, se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, y allí oraba.
Los pasajes del Nuevo Testamento que hablan de la oración de Jesús son muchos. La oración de Jesús es oración de alabanza al Padre, es oración de petición por si mismo y por nosotros, y es, finalmente modelo y ejemplo para sus discípulos. Es oración de petición, pues pedir cosas a Dios es el primer movimiento espontáneo del alma que reconoce a Dios como Padre. El Señor quiere enseñarnos con su ejemplo cual ha de ser la actitud del cristiano; entablar habitualmente un diálogo filial con Dios. Jesucristo nos dice que su misión es predicar, evangelizar. Para esto ha sido enviado. Los Apóstoles fueron enviados a Jesús a predicar la Buena Nueva. La Iglesia destaca entre los oficios principales de obispos y de presbíteros el de predicar el Evangelio. El Concilio Vaticano II afirma: " El Pueblo de Dios se congrega primeramente por la palabra de Dios que con razón es buscada en la boca de los sacerdotes·
Si nadie puede salvarse si antes no creyere ( Mc. 16,16), los presbíteros, como cooperadores que son de los obispos tienen por deber primero el de anunciar a todos el Evangelio de Dios. Uno de los modos de evangelizar al mundo es colaborar para que todas las personas puedan tener una vida digna y humana. Por eso trabajemos para combatir la mayor de las injusticias: el hambre en el mundo. Hoy se celebra en toda España la Campaña de Manos Unidas, según nuestras posibilidades colaboremos con nuestra aportación económica. «Tuve hambre y me disteis de comer».