Ya estamos con las mismas de siempre! Que qué estás haciendo. Que qué escribes. Que te van a dar. Que a dónde vas con estos títulos. Que como se te ocurre hablar de amor. Que ahora no es el momento. Que eso del amor ya pasó. Que estamos en tiempos en donde el existencialismo, el romanticismo y cualquier cosa que acabe en ismo salvo el fascismo y el nazismo, que siguen vivitos y coleando, ya no están de moda.
¡Pues vale! ¡Pero es que yo soy así! Que a mí me va esto del amor, el cariño, la pasión y todas esas cosas que hacen que la vida tenga su chispa. ¡Es cierto! También pudiera ocurrir que a la hora de la redacción de este articulo me encuentre un poco «chispa» aún a pesar de mi abstemismo. La culpa tal vez sea del Gin Tonic este que me acabo de servir con mucho amor en copa de balón con su rodajita de lima, su tónica de marca sicotrópica e impronunciable que acabo de embadurnar con un montón de porquerías que están de moda, como el cardamomo, la pimienta roja, negra, canela en rama, bayas del bosque y no hablemos ya de la marca de la ginebra que antes con la gordons y la Larios ibas que te las pelabas y ahora hay una retahíla de las mismas.. ¡ Vaya pelotazo y que guarrada te estás tomando hijo mío! Me diría mi padre. Donde esté un buen Chivas...o un buen pelotazo de ron... ¡Menuda ma..!
A lo que yo le respondería achispadamente: - .¡ No papa!. Lo del pelotazo es otra cosa. Esto solo es para entretener al poco cerebro que nos queda a los humanos cuando no tenemos ganas de pensar. Además. No puedes ir diciendo estas cosas porque se puede acabar hiriendo susceptibilidades. La gente está muy sensible últimamente, y pudiera ocurrir que disgustado el lumpen, saliera a la calle en tropel y como cohetes en dirección a la puerta del sol, se manifestara, y acabara por montar un partido político de consecuencias imprevisibles para el futuro de nuestro país. Que todo está muy sectorizado. ¡No!. dije sectorizado. No sectarizado; que, aunque también - Ya sabes el dicho- De esos polvos; esos lodos... ¡Vamos a dejarlo!. Que corra el aire.
¡En fin! Que a mí me da igual. Que mientras sea amor, sea del que sea todo es bueno. Aunque sea del fraternal. Pues anda que no fue amor y del bueno aquel festival de 1978 en donde Israel se llevó el gato al agua en su primera intervención eurovisiva. La letra de la canción, ni pillarla. ¡Eso sí! El estribillo tenía su miga. Algo así como «Abonibi aboebé, quiere decir: Te quiero amor» ¡La Leche! No me digan que no era bonito escuchar cosas tan... tan... ¿amorosas?. ¡Que tiempos!
Me encanta esto del amor. Y hay argumentos para el mismo que lo sostienen ya sea mediante citas o en bellas melodías. Por ejemplo: «haz el amor y no la guerra» «amor de hombre» «Je t'aime, moi non plus» - Canción no apta descariñados donde los haya- . Y un sinfín de melodías y formas de amor que hoy en día ya no se dan con la pasión con la que se daba antes.
Lo dicho ¡Qué bonito es esto del amor!. Le pone a uno sentimental. Y es que en el fondo del asunto, y en mi modesta opinión, si hubiera un poco mas de «Abonibi aboebé» en el mundo, seríamos mejores personas y seriamos más felices.