La cuestión del alquiler de pisos a turistas llega este miércoles al Parlament. Es quizá, junto a la ecotasa, e íntimamente ligado a ella, el asunto más espinoso que tiene entre manos el Govern que preside Francina Armengol.
Lo más extraño es que el tema no llega de la mano ni del PSOE ni de Més, socios de gobierno y que deberían tener el máximo interés en resolver el asunto; llega de la mano del PP, que presentará una moción para la regulación del alquiler turístico (una cosa que, por cierto, ellos mismos no hicieron cuando pudieron), y del PI-Proposta per les Illes, que lleva al pleno del Parlamente una proposición no de ley.que pide que se contemple como nueva figura de regulación el alquiler turístico en edificios plurifamiliares.
Ambas iniciativas son pertinentes. Se diría que las izquierdas han dormido el tema del alquiler mientras intentan salir del pantano de la ecotasa. Sin embargo, el alquiler vacacional de pisos debería regularse antes de poner en vigor la ecotasa; es lo mínimamente razonable, más cuando el alquier de pisos representa (según el PP) el 40% del mercado de alojamiento turístico.
Por otra parte, el alquiler vacacional ha reventado los precios del alquiler normal, el que deben afrontar los no turistas. En Eivissa es muy difícil encontrar un piso de dos o tres habitaciones, en razonable buen estado, por menos de mil euros. Con los mierdasueldos (perdonen el palabro) que cobran muchos españoles, ¿cuántas familias pueden pagar un alquiler de mil euros?... Respondan ustedes mismos.
El alquiler turístico de pisos funciona como la carcoma: se come el beneficio de unos, sustrae al Estado los impuestos que debiera cobrar, y al final derrumba el mueble: solo se benefician los que excavan los agujeros.