Estos día estoy investigando la vida del magistral González Posada, canónigo del siglo XVIII, que estuvo destinado en Ibiza, de este personaje culto y preparado, amigo de Jovellanos, les hablaré próximamente. Ahora de él nos vale saber que por las intrigas de los canónigos que le rodeaban en Ibiza tuvo que largarse de la isla. No es el caso de Sánchez que ni es culto, ni preparado, es un político de los de bulto en un país que desgraciadamente no está para más experimentos con gaseosa porque hay demasiadas botellas de gaseosa abiertas a la vez. La casta baronil representada por el gurú González ha dicho basta, le ha tapado la boca a un Sánchez que fue puesto como un roto para cubrir el agujero que dejaron el Plan E de ZP y esos dos genios por desentrañar que fueron el tándem Solbes + Ordoñez. No olvidemos que gran parte del PSOE representa a la clase media española, la alta y parte de la baja, más a infinidad de funcionarios, lobbies y hasta algunas multinacionales con sus puertas giratorias. El golpe de timón de Glez ya se venía anunciando, las declaraciones de Susana Díaz (la nueva Juana de Arco) de ayer eran más que una premonición, un plan orquestado que veremos como acaba. De la misma forma que Erdogan dijo no al golpe que se pegó el mismo, Sánchez se va a enrocar en su nadería mientras a España le crecen los enanos por boca del jurista Puigdemont que se pasa el Estado completamente por la barretina. Por su parte, la portavoz/a de Podemos ya ha comenzado a victimizar a Pedro Sánchez (¿tenemos otro protomartir?, ¿eramos pocos y pario la agüela?). ¿Ha demostrado en algún momento Sánchez sentido de Estado?: unas primarias del PSOE de las que puede salir elegido hasta un extraterresetre, con Podemos instalado en el Parlamento y un gobierno en funciones que no acaba de funcionar: eso es un caldo de cultivo primigenio que hasta puede originar nueva vida en Saturno.
OPINIÓN | Jesús García Marín, escritor
La casta manda callar a Sánchez
Jesús García Marín | Eivissa |