El alcalde de Eivissa, Rafa Ruiz, parecía desolado viendo las llamas devorar el cañizo de Ses Feixes des Prat de Vila. Él había visto desde el privilegiado mirador de su despacho en Can Botino el inicio del incendio y su avance, hasta que se trasladó junto al teniente de alcalde, Alfonso Molina, a la Avenida Santa Eulària para supervisar in situ los trabajos de los servicios de extinción, policía y emergencias. Viendo el gran daño ecológico que supone el fuego en un paraje de alto valor medioambiental, aseguró que su equipo de gobierno seguiría esforzándose para poner en valor una zona delicada de la ciudad y junto al resto de administraciones, aprovechar el daño sufrido para dar una solución definitiva a Ses Feixes. Impecable, pero mejor hubiera sido actuar antes y poner en valor algo más que las cenizas que ahora quedan en tan estimado paraje vilero. Un vecino de Es Pratet me decía que no hay mal que por bien no venga y que, ya que nadie limpiaba Ses Feixes, ya lo habrá hecho el fuego. A partir de ahora y a poco que caigan cuatro gotas, el cañizo volverá a brotar como ha hecho siempre y en poco tiempo todo estará verde y frondoso. El fuego purificador dará paso nuevamente a la vida y Es Prat volverá a ser lo que en los últimos años ha sido, un descampado dejado a su suerte donde campan asentamientos ilegales, vertederos de basuras y escombros, y aparcamiento de coches abandonados. A menos que desde las instituciones nuestros gobernantes se crean lo que dicen cuando lo ven arder y decidan, a través de los planes de actuación que les reclaman sin mucho éxito las entidades ecologistas, mantenerlo adecuadamente. Miren qué bien vendrían para esto los fondos del impuesto turístico, en lugar de destinarlo a Abaqua para que haga lo que tenía comprometido hacer antes de que entrase en vigor la ecotasa.
OPINIÓN | Joan Miquel Perpinyà
Poner en valor la ceniza
J. M. Perpinyà |