Estamos camino de la fiesta de la Virgen de las Nieves, que nosotros llamamos cariñosamente también Santa María d'Eivissa, fiesta que es el próximo sábado 5 de agosto. Ya son más de siete siglos, casi ocho, que nuestras Islas de Ibiza y Formentera celebran esta fiesta, agradeciéndole a la Virgen María su intercesión para que nuestras Islas tuvieran presencia cristiana. Desde el inicio del mes de agosto de 1235, gracias a la conquista del arzobispo de Tarragona, Mons. Guillen de Mongrí, del Pedro de Portugal y de Nuno Sanç, haciendo cristianas nuestras Islas Santa María de las Nieves acompaña la fe, la esperanza y la caridad de los que aquí viven. A Ella, la Madre tan amada, le digo una vez más: «Tú que has entrado tan adentro en los corazones de los fieles a través de la señal de tu presencia,... vive como en tu casa en estos corazones, también ahora y siempre.»
Desde hace unos años, con la aportación de los sacerdotes y la colaboración de coros parroquiales, miembros de cofradías, fieles en general nos preparamos a esta fiesta con un triduo en la Parroquia de Santa Cruz, que este año será el miércoles 2 de agosto, el jueves 3 de agosto y el viernes 4 de agosto, colocando allí la imagen de la Virgen que está en nuestra Catedral. A este triduo viene gente de todos los pueblos de Ibiza y así os animo a seguir participando en ello, viviendo de esa manera la devoción el afecto y el amor a la Virgen María, compensación del amor y la estima que Ella nos tiene. Al acabar el último día del triduo hacemos una procesión con la imagen desde Santa Cruz a la Catedral con la colaboración de Cofradías, buenas y libres bandas de música y muchos fieles.
Y así, al día siguiente, tendremos las 3 Misas en la Catedral: a las 7,30, a las 10,30 y por la tarde a las 19, participando en estas Misas mucha gente y asociaciones y en la de la tarde las dignas y estimables autoridades.
Animo, pues, a vivir y gozar de la fiesta de la Vigen de las Nieves, Santa María d´Eivissa. Y así mantener y aumentar nuestra devoción hacia ella. Y la devoción nos llevará hacia la santidad.
La devoción a la Virgen es un camino seguro de santidad. Así cuando nos acercamos a la vida de cualquier santo, descubrimos que en cada uno de ellos destaca que ha vivido radicalmente un aspecto del mensaje evangélico: unos destacan por su vida de oración, otros por su actividad pastoral, otros por la práctica de la caridad y la misericordia, etc. La Virgen María ha vivido plenamente todos los mensajes evangélicos en plenitud y perfecta armonía. Y así, en la historia de la Iglesia vemos que todos los santos, absolutamente todos han cultivado el amor a la Madre del Señor. La devoción, pues, a la Virgen es signo de amistad con Cristo y, por tanto, de Santidad.
Os animo, pues, a participar y disfrutar de los actos en honor de nuestra patrona. Acudir hoy y siempre ante la Virgen de las Nieves en su casa, que es nuestra casa, es no sólo una expresión de la identidad secular pitiusa, sino también una posibilidad de recibir su bendición y su ayuda para nuestra vida, para nuestras actividades, para nuestras opciones, para nuestros deseos. No acudir, ni aprovechar su amor y su ayuda es, así de claro, un paso hacia el fracaso, hacia la negación, hacia el vacío.
Con nuestra adhesión, devoción, a imitación de la Virgen, que nosotros veneramos con ese hermoso título de las Nieves, de Santa María, podemos aprovechar y servirnos de la bendición y la ayuda de Dios para favorecer, fomentar y conservar nuestra fe, animar nuestra esperanza y ejercitar la caridad. Una fe que es necesaria para vivir en el mundo como se debe vivir; una fe que es fuente imprescindible para ser alegres y coherentes. Como nos dice el Papa Francisco “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría.” (EG, 1). Sin las actuaciones propias de la fe, no se va por buen camino; con actuaciones contrarias a la fe se camina por un camino equivocado. La historia nos le enseña y nos le demuestra de forma bien clara.
Buena y santa fiesta de la Virgen de las Nieves.