En los últimos días del año, es el momento de hacer balance, y en estos días hemos conocido un nuevo estudio de un portal inmobiliario, que vuelve a colocar a la cabeza de toda España, el precio de la vivienda usada en Formentera. De ese modo, mientras en el sector centro de Madrid, el precio del metro cuadrado es de 5.059 euros, en Formentera alcanza los 7.479 euros.
Habrá quien lo pague, para darse el capricho de tener una casa en Formentera a la que venir a pasar unos días de vacaciones. Pero está claro que a ese precio, una familia normal no puede de ninguna manera, imaginar la posibilidad de comprar un piso o una casa en la isla.
De ese modo, la única opción es el alquiler, y ahí volvemos a tocar hueso. Los propietarios saben que poseen un tesoro que es objeto de deseo y necesidad para la otra parte y eso marca el precio final del alquiler. Todos hemos visto a familias que han tenido que marchar de la isla al no tener vivienda, y en muchos casos, se trataba de gente con buenos trabajos, solvencia y cuya aportación a la sociedad se echa en falta.
Los socialistas han entrado en el equipo de gobierno del Consell Insular, con la vivienda como una prioridad. Prometen una «oficina insular de la vivienda, que registre oferta y demanda».
La intención es buena, pero lo que más va a costar, va a ser, cambiar la mentalidad de muchos propietarios (no todos, por cierto) que creen que al tener disponible un techo en el paraíso deseado, viven en otra dimensión y están por encima del bien y del mal. Eso no va a haber oficina que lo consiga.
Eso sí, queremos buenos médicos, maestros, cocineros, camareros. Un buen profesional con buenas opciones en cualquier otro lugar, y con viviendas a un precio asumible, no va a venir. No le demos más vueltas.