La verdad que cuando llegué a la plaza de sa Graduada y me encontré a tanta gente me sorprendió. No lo voy a negar. Me llama la atención que haya tantas personas en Ibiza que piensen que el virus no existe o que no sea tan grave como nos cuentan y que rechacen las medidas de seguridad con tantos muertos en el camino. En las antípodas de lo que piensan estas personas que ayer se manifestaban se encuentra un servidor.
Los gritos de «libertad», «fuera mascarillas» o «no a la dictadura» chirriaron en mis oídos durante el tiempo en el que estas personas protestaron. Muchos jóvenes, de mi edad. No tenemos ni idea de lo que es una dictadura...
No voy a entrar a valorar si la concentración se fue de las manos y acabó siendo una manifestación porque lo cierto es que más allá de unos pequeños problemas de tráfico al cortar durante minutos la avenida España, apenas hubo nada. Lo más triste, quizás, enfrentamientos con algunos compañeros de profesión que portaban sus cámaras. Intentar privar a alguien de hacer su trabajo o amenazarle con violencia por estar sacando fotos o grabando imágenes son cosas que están muy lejos de esa libertad que cantaban a los cuatro vientos.
La verdad que cuando miraba a las personas que se concentraron ayer y la edad de la inmensa mayoría, la sensación que me trasmitían era de egoísmo. Mi cabeza me hizo pensar que ellos rechazan esos datos que yo acepto de que durante esta pandemia los que están muriendo son nuestros mayores. Desconozco sinceramente si piensan que esas personas murieron por otras causas ajenas a la COVID-19 o si aceptan que esta enfermedad se han llevado las vidas de muchos abuelos. Si fuese esto último, pues no entiendo su protesta.
Manipulación. Esa fue otra de las palabras estrella en la mañana de ayer. Es evidente que estas personas han creado su burbuja en la que no existen los datos diarios de contagios, que las camas de los hospitales vuelven a llenarse, también lo hacen las UCI, y, por desgracia, las funerarias vuelven a tener que aumentar sus esfuerzos.
Yo que, evidentemente, soy uno de los cómplices de esta manipulación, uno de los soldados de los gobiernos que repite y cree sus datos. Veía, al igual que otros muchos ciudadanos que negaban con la cabeza, una bomba andante por las calles de Ibiza. Un foco de contagio en el que es probable que estuviese pululando el virus teniendo en cuenta el gran número de casos activos que tenemos actualmente en las Pitiusas.