Todos los que me conocen saben de mi relación con los Apartamentos Don Pepe, he crecido, he vivido y me he convertido en quien soy en un barrio variopinto, conviviendo con diferentes nacionalidades, con personas de diferentes lugares, que me han dado una visión amplia de lo que es el mundo. Y a pesar de haber vivido mucho allí nunca creí posible que pudiera suceder algo parecido a lo que está ocurriendo.
Ese es el motivo que me ha empujado a compartir mis reflexiones sobre un tema que se ha sobre dimensionado de tal forma que cada día se hace más difícil de resolver. Hace ahora un año, en un piso se produce el desprendimiento de parte de un techo en una habitación, y después de una primera inspección se decide por parte del Ayuntamiento el precinto de algunos pisos, de la misma escalera que donde se produjo el desperfecto, a fin de evitar riesgos para las personas.
Hasta ahí, parece una actuación bastante lógica. De una inspección más técnica y más profunda,se resuelve que en los bajos comerciales, debajo de los pisos desalojados, algunas cenas están dañadas y se procede a apuntalar. Lógico. A todo esto los vecinos asisten con estupor a un segundo desalojo, en la segunda escalera. Y sin ninguna solución a corto plazo por parte del Ayuntamiento. Las reuniones con el alcalde y el concejal de urbanismo son, como mínimo, decepcionantes. Posición de los vecinos: disposición para ponerse a trabajar en arreglar los daños detectados lo antes posible. La comunidad ya tenía contratada una empresa para reparar varios desperfectos de la fachada. Posición del Ayuntamiento: el edificio no tiene licencia, está fuera de ordenación, y por tanto no es posible concederle una autorización para reparar los daños. Como mínimo parece increíble que se deje caer una construcción que lleva habitada más de 50 años por una cuestión puramente administrativa. Por mucho que se han empeñado algunos en que parezca que estamos hablando de un edificio ruinoso, prácticamente inhabitable, nada más lejos de la realidad.
Yo no puedo invitarles a visitar ninguno de los apartamentos pero estoy segura que no habrá problema en que se muestren imágenes, están a disposición de todo el mundo en diferentes portales de inmobiliarias, y parecen cualquier cosa menos una ruina. Yo que he vivido el día a día del Ayuntamiento, en el gobierno y en la oposición, no puedo entender cuál es el gran problema. Entiendo perfectamente que no se den licencias para embellecer, para aumentar edificabilidad, para modificar usos,...pero estamos hablando de solucionar un problema que está vitando que un montón de familias puedan disponer de sus casas, sólo eso. Me vienen a la cabeza multitud de reformas en el municipio de Sant Josep, en espacios protegidos, en los que no se cómo encontró el Ayuntamiento la licencia antes de conceder el permiso.
Lamentablemente en nuestro municipio hay mucho “fuera de ordenación”.También recuerdo los últimos destrozos que produjeron unas lluvias torrenciales en la zona de Es Cubells. En ese caso primero se auxilió, se sacó a la gente de sus casas, se recuperaron caminos y calles, se arreglaron los desperfectos y después supongo que debieron pensar en licencias. Recuerdo perfectamente imágenes del concejal de urbanismo y ahora alcalde arremangado y cubierto de barro, en primera línea, al lado de sus vecinos. ¿Qué diferencia hay entre los vecinos del Don Pepe y de Es Cubells? No debería haber ninguna. Ante un riesgo, se actúa, pero no tirando las casas de la gente, sino intentando que puedan repararse. ¿Alguien se imagina a un médico de urgencias ante un accidentado grave, buscando su nacionalidad, afiliación a la seguridad social, dni, en lugar de curarle?
El edificio A de Apartamentos Don Pepe no está desalojado y no es una ruina. Tiene un problema estructural que técnicamente tiene solución, y la obligación del Ayuntamiento es solucionarlo. Sr Guerrero, ejerza de alcalde, y ayude a sus vecinos.
Ni les insulte con propuestas económicas ni les amenace con demoliciones, usted sabe igual que yo que este expediente se eternizará en el mundo judicial, y después tenga la razón quien la tenga, el edificio ya no tendrá solución.