Hace unos días salía publicada en el BOIB la sentencia 530/2018 que en su día se hizo pública referente al contencioso-administrativo que interpusieron la Asociación de Clubs Náuticos de Baleares-ACNB y la Asociación de Navegantes Mediterráneo-ADN respecto al Decreto para la conservación de la posidonia en las Islas Baleares.
No hemos de perder de vista varios puntos al respecto de esta normativa, que a menudo son obviados por el Govern y otros, y que no interesa que ustedes conozcan:
1. Fue el propio Govern que en el primer borrador de esta normativa, prohibía vertidos sobre praderas de posidonia y daba cinco años para poner orden al caos de emisarios de nuestras costas, la mayoría no autorizados. Fue el mismo Govern que lo retiró del texto final.
2. Esta normativa, se tramitó con carácter de urgencia. A día de hoy, han pasado tres temporadas, y no hay instalado ni uno de los campos de boyas ecológicas de los que había previstos.
3. Se han publicado estudios del IMEDEA donde habla que el emisario de La Savina (Formentera) degrada un 24 % anualmente la pradera de posidonia sobre la que tira toda su … Este periódico hace unos meses daba cuenta de un informe del SEPRONA que sólo el emisario de EMAYA había arrasado con 2.000.000m2 de posidonia de nuestra bahía, estos días en cada vez que llueve todos asumen sin rechistar que nos cierren la playa por vertidos,… entre otros muchos casos, y frente a esto, ya pueden observar la reacción frente a todo este triste panorama, ninguna.
4. Cuando salió la sentencia, el Govern y otros, centraron el discurso en que no afectaba para nada la nulidad de ciertos puntos, podrían seguir sancionando. Lo que no les dicen es que antes del Decreto ya se pusieron sanciones, ya era una especie protegida anterior a dicha normativa.
5. Dignidad política, es lo que faltó como consecuencia de esta sentencia. Excepto los ciudadanos afectados, los aficionados a la náutica, hubo ‘mutis por el foro' respecto a un párrafo que permítanme que haga una transcripción literal de lo que plasmó el juez; corto, claro y contundentemente: «Puede compartirse la apreciación de las asociaciones recurrentes en el sentido que la proclamada acción administrativa en defensa de la especie amenazada nace ya recortada cuando se renuncia a adoptar medidas efectivas para el control de una de las principales causas de dicha amenaza. Sin duda por la implicación de la propia Administración en tales vertido».
Es conveniente e imprescindible preservar la posidonia, pero frente a todas las amenazas, no sólo frente a actuaciones de un ciudadano, una empresa o una embarcación.
Una de cada diez personas que fueron a votar, apostaron por esta forma de gestión resentida y basada en la prohibición, el 90 % restante seguramente estaban por preservar la naturaleza y el medioambiente, pero tal vez con una gestión distinta. Tal vez el camino más simple es dar una consellería, y que te apoyen la legislatura, lo difícil es negociar y buscar escenarios con sentido común, para evitar estas cortedades.
Mostrarse como los más defensores del medioambiente y los únicos, tomando posturas extremas, no equilibradas y faltas del sentido común, pronto o tarde sale a la luz la incoherencia, como han podido ver con los hechos relacionados en líneas anteriores.
Montañeros, senderistas, pescadores, navegantes, cazadores, espeleólogos,… no puede ser que los ciudadanos seamos el origen de todos los males y la solución sea prohibir. Es imprescindible y urgente que emerjan en nuestra comunidad referentes medioambientales con criterios técnicos y científicos, y con el sentido común suficiente para plantear soluciones adaptadas a la realidad. Posturas extremas no hacen más que crear conflictos, realimentar posturas extremistas, y como en el caso de la posidonia, al final, el medio ambiente es el que pierde.
Por el bien de nuestra tierra, tal vez sería mejor intentar ver al ciudadano como parte de la solución y no como el origen del problema, pero para esto se requiere algo más que el 10 % de los votos.