Cuando te dan los resultados de la biopsia y certificas (¡lo sabías, lo sabías!) que tienes cáncer, comienzas una carrera contrarreloj y contra tu cuerpo. Tienes un mal bicho dentro que se extiende silenciosamente sin que puedas hacer nada y lo único que te preocupa es empezar cuanto antes el tratamiento. Y el tratamiento es un veneno que te cura y te destruye a partes iguales. Si esto te ocurre en una ciudad donde el hospital de referencia está cerca de tu casa la pesadilla sigue siendo la misma, pero un poco más llevadera. Si te ocurre en Ibiza o en Formentera la pesadilla se vuelve insoportable. Al drama de verte enfermo y débil se añade la incomodidad de tener, en ocasiones, que ser trasladado a la isla vecina para recibir tratamiento o para una larga hospitalización. A los dolores y el desánimo, se une la agonía de los familiares que tienen que buscar un sitio donde quedarse durante un tiempo que es una incógnita. A la incertidumbre de si habrá un final feliz, se le suma el enorme peso de tener que hacer cientos de trámites administrativos para que te paguen unas dietas ridículas o los vuelos.
En fin, que todo se complica cuando vives en una isla como Ibiza o Formentera. La falta de oncólogos en el hospital Can Misses de Ibiza (de especialistas en general) ha provocado situaciones tan esperpénticas como que los enfermos de cáncer sean atendidos telefónicamente. Los médicos se van porque Ibiza, por mucho que diga la consellera de Sanitat, no es un destino atractivo. En Ibiza hay enfermeras viviendo en autocaravanas porque no se pueden permitir el alquiler de una vivienda. Y como la situación está tan bien, ahora resulta que la presidenta Armengol, en un malabarismo inexplicable, recula y para contentar a Mes a tres meses de las elecciones vuelve a exigir el catalán para ejercer la medicina en las islas. Porque todo el mundo sabe que cuando te dicen que tienes cáncer, lo único que te importa es en que te lo digan en catalán. Y se te quitan todos los males si el profesional que te introduce el port-a-Cath te dice bon dia. No hay discusión en el hecho de que aprender idiomas y, por supuesto, mantener costumbres, tradiciones y el idioma propio de las islas, es importante y se debe cuidar, respetar y fomentar. Pero cuando hablamos de salvar vidas, de buscar profesionales de la Sanidad que vengan a cubrir plazas tan necesarias para el cuidado de todos nosotros, hay que tener sentido común y no poner más palos en las ruedas porque una persona enferma lo que quiere es que la curen y le da igual que el médico hable chino o alemán. Si los políticos que nos gobiernan y que tienen que hacer las contrataciones de los profesionales no son capaces de entender eso, que se vayan. Si no entienden que lo más importante en esta vida es la salud, que se vayan. Si no han llegado a la conclusión de que en Ibiza y Formentera la sanidad pública se está desangrando, que se vayan. Si no son capaces de encontrar una solución para que los enfermos de lo que sea de Ibiza y Formentera, puedan ser tratados como ciudadanos de primera, que se vayan y dejen paso a alguien (a ver si están a la altura) que pueda solucionar nuestras vidas. De eso va la política.