En Baleares, el problema de la vivienda rompe un nuevo techo: superar los 4.000 euros por metro cuadrado certifica un mercado absolutamente tensionado. El dato refleja un archipiélago que lidera en precios, pero no en dinamismo: las compraventas crecen menos que la media estatal. Mientras otras autonomías registran subidas más acusadas, el problema balear no es cuánto crece, sino desde dónde: el nivel de partida ya es el más alto del país. La pregunta es si este modelo es sostenible o simplemente expulsa a sus residentes.
Las amenazas del Gobierno no ayudan a resolver el problema
La desmesura del ministro Ángel Víctor Torres amenazando con enviar a la policía no se sabe muy bien a quién y dónde es la prueba del nueve de lo mal que se están haciendo las cosas en el reparto de menores de Canarias. Las imposiciones y las coacciones no ayudan a que se atempere el espeso caldo político que rodea este asunto. La presidenta habló de «matonismo» y en este caso no le falta razón. El Gobierno debería reflexionar y rebajar el tono si lo que pretende es que el problema de los menores se resuelva de verdad.