Medio centenar de alumnos de entre nueve y diez años han celebrado este miércoles por la mañana el Día Mundial Sin Tabaco recogiendo colillas en las principales plazas de la ciudad de Vila. El alumnado de cuarto de Primaria del colegio de La Consolación se ha encargado de la recogida de colillas en el paseo Vara de Rey, mientras que los alumnos de Sa Graduada han hecho lo propio en el Boulevar Abel Matutes y en el Parque de la Paz.
De esta manera, los estudiantes de La Consolación, han tomado Vara de Rey con sus camisetas conmemorativas del Día Mundial Sin Tabaco y han hecho un gran montón con los cientos de colillas que han recogido del suelo de la plaza. Un montón que han dejado en la misma plaza y al que han acompañado de mensajes pintados con tiza con los que dejaron en evidencia el poco civismo de algunos fumadores. No en vano, bautizaron esta actividad como ‘El guix de la vergonya'.
Se trata de una actividad organizada por el Plan Municipal de Adicciones del Ayuntamiento de Vila. Belén Torres es una de las técnicas del Plan Municipal de Adicciones Ayuntamiento que acompañaban al alumnado en esta actividad y justificaba el hecho de dejar el montón de colillas en la plaza, «para concienciar, junto a los mensajes que dejan los alumnos, de la cantidad de contaminación que se genera tirando las colillas. Si las tiramos a la basura, la gente no puede llegar a verlo y a concienciarse al respecto». Torres ha explicado que esta actividad viene precedida de «clases didácticas en las que se les enseña, más allá de los perjuicios a la salud, la contaminación que genera el tabaco».
María Isabel y Álvaro son tutores del alumnado y se mostraban emocionados con la actividad, «se nos ha acercado mucha gente para felicitarnos y darnos las gracias por esta actividad», tal como explicaba la tutora de de 4ºA.
Una actividad que no dejaba indiferentes a quienes paseaban por la céntrica plaza de Vila, como fue el caso de Ana, que reconocía que «me ha alegrado el día y me llena de felicidad ver a los chicos jugando y tan implicados. ¡Es como una bocanada de aire que me da oxígeno!», mientras un turista extranjero echaba un puñado de colillas al montón ante los aplausos de los chicos.
«Hay colillas por todos lados, en las jardineras hay muchísimas. ¡Más de cien!», se quejaba Daniela mientras Rubén, Inés, Jacob, Alba o Martina competían para ver quién habría recogido más restos de tabaco. Ninguno de ellos reconocía haber recogido menos de treinta colillas.
Claudia, Alicia y Cristina debatían, cargadas de indignación, sobre el incivismo de los fumadores: «Me parece increíble que tiren las colillas al suelo», «me parece muy mal que fumen, pero es peor que después lo tiren», eran algunas de las quejas y reproches que las alumnas hacían oír.
«Yo he visto como una persona tiraba una colilla al suelo ¡y tenía una papelera al lado!», añadía Pelayo mientras un compañero suyo captaba la atención del grupo de alumnos con un nuevo debate. Este sobre el hallazgo de un ejemplar de cigarro extraño: «¡Mirad!, ¿esto es un porro o es un puro?». Sin acabar de llegar a una unanimidad sobre la naturaleza de este último hallazgo, la totalidad del alumnado sí se ha puesto de acuerdo en una conclusión, tan obvia como sonrojarte: «La gente es muy guarra».