Rosas y libros son las señas de identidad de la Diada de Sant Jordi. Una jornada que en Ibiza ha tenido uno de sus puntos de atracción en el parque de la Paz, donde, de la mano de Cruz Roja, mayores y personas sin hogar han participado en una actividad cuyo principal objetivo ha sido la «inclusión social» de ambos colectivos.
Las mayores han participado en la diada elaborando rosas de papel que han regalado a quienes se han acercado hasta la parada instalada por Cruz Roja en este parque de Vila. También han sido ellas las responsables de crear los jarroncitos en los que han colocado las flores. Dos manualidades con las que lo han pasado en grande, según ha relatado una de las participantes, Margarita Ribas. A sus 88 años, la ibicenca Ribas acude un par de veces por semana a Cruz Roja para realizar actividades relacionadas con la memoria. «Estoy muy contenta de tener esto», ha asegurado, «porque durante la semana no hago muchas cosas. Excepto los viernes, que me encargo de mi nieto y ahí sí que tengo trabajo. Pero estoy muy agradecida a Cruz Roja por estas actividades. Durante muchos años yo fui donante de sangre y ahora ellos me lo devuelven con estos talleres».
María Carmen Rueda, de 79 años, también ha participado en esta jornada de Sant Jordi en el parque de la Paz. Orgullosa de haber pintado los pétalos de las rosas, ha explicado que le ha gustado «mucho participar en esto». «Es muy bonito pasar el tiempo así y hacer cosas», ha añadido, «además, me gusta mucho la atención de la Cruz Roja hacia los mayores. Yo les doy un 10».
Josías García López se ha presentado como hijo de brasileña y vasco. Llegó a Europa desde Brasil en 2009 y, una década más tarde, aterrizó en Ibiza. Fue en la isla donde un ictus dio al traste con sus proyectos y acabó viviendo en la calle. Gracias a Cruz Roja, realiza distintos talleres cuyo objetivo es promover la inclusión social de las personas como él. El joven ha asegurado que vive «en la montaña» y ha reconocido que está supervisado por Cruz Roja en estos momentos.
Lo mismo sucede con José Manuel Casio, que ha dicho participar en estos talleres y en actividades como la de Sant Jordi por «entretenimiento y compañerismo». Suele participar en las actividades que le propone Cruz Roja, aunque entre risas ha reconocido que es costumbre que llegue a todas ellas tarde. Eso sí, nunca se olvida de su perrito, que en el parque de la Paz no se separa de él mientras explica que suya y de García López es la bonita librería en la que quienes se acercan hasta la parada pueden consultar qué libros llevarse, junto con una rosa y la firma de las autoras.
Silvina Carrillo y Laura Moreno son las responsables de esta celebración de Sant Jordi. La primera es técnico del área de personas sin hogar mientras que la segunda se hace cargo de los mayores. Carrillo ha explicado que «el objetivo de esta actividad es la inclusión». Ya en 2024 se hizo una actividad similar con éxito. Laura Moreno ha señalado, en este sentido, que buscan acciones de ocio para dos colectivos que tienen dificultades para relacionarse. «Son actividades que se adaptan a todos los gustos», ha añadido, «porque de lo que se trata es de que todos ellos puedan disfrutarlas. Tienen que tener el sentimiento de salir de la rutina, sentirse útiles para ellos mismos y para los demás, para la sociedad, porque son colectivos muy afectados por los estereotipos y hay que romper con eso».
Silvina Carrillo, por su parte, ha indicado que «el problema de estos colectivos es que no tienen acceso a muchas cosas». De ahí que los talleres de Cruz Roja se conviertan en una buena alternativa «para que se sientan útiles, para que tengan relaciones y para mantenerse activos, tanto de cuerpo como de mente».
Estas actividades, ha añadido, «demuestran que son colectivos que tienen aún mucho por hacer». «Las personas sin hogar», ha recordado, «no tienen acceso a muchas cosas. Pero con estos talleres se les dan conocimientos útiles y, además, pueden participar en actividades de ocio. Se les enseña sobre todo a no sentirse excluidos. Aquí tenemos a gente que lleva 15 años en la isla y no ha pisado el cine, así que los hemos llevado a ver una película. Son actividades que a todos nos llenan, que nos enriquecen, que nos permiten aprender y socializar».