Con la llegada del buen tiempo, empiezan a aparecer los primeros productos de la nueva temporada. Uno de los más destacados en estos días es la patata nueva local, que ya puede encontrarse en los mercados de la isla. Su recogida comenzó hace unas dos semanas, y coincide con la celebración de la Feria de la Patata en Sant Josep.
Además de ser un producto muy presente en las cocinas ibicencas, la patata esconde también una historia de variedades que no todos conocen. Uno de los productores habituales del mercado de Santa Eulària, que regenta junto a su mujer el puesto de Frutas y Verduras María, cuenta que, aunque no es originario de la isla, está involucrado en la recuperación de la auténtica patata roja ibicenca, una variedad casi desaparecida que apenas cultivan ya dos personas en este municipio. «Era la típica de aquí, pero ya no se encuentra tan fácilmente. Ahora la tengo y la sacaré la semana que viene», explica.
Esta variedad, de tamaño pequeño y carne amarilla, recuerda a las papas que aún se usan en Canarias para hacer las papas arrugadas. En Ibiza, sin embargo, su cultivo ha ido desapareciendo poco a poco, sustituido por otras variedades.
Mientras tanto, en los campos se cultivan otras clases como la Desirée y la Picasso, una variedad híbrida entre patata blanca y roja que combina lo mejor de ambas. «No es tan dura como la roja ni tan blanda como la blanca. Para una tortilla o un guiso, va perfecta», asegura el productor. Esta variedad es muy apreciada por su sabor y por cómo aguanta si se recalienta. «Si haces una tortilla hoy y la comes fría mañana, sigue estando buena», dice.
En los puestos también se pueden encontrar otras variedades con nombre propio como Bartina, que lleva 30 años cultivándose y es una de las mejores variedades de la patata roja, Bellini o Rudolf. Cada una tiene sus características: unas resisten mejor las enfermedades, otras tienen una textura más adecuada para ciertos platos, y su cultivo sigue haciéndose de forma tradicional. En este caso, se siembran en filas paralelas y cada tipo requiere un cuidado específico.
Ahora mismo, el precio de la patata nueva ronda los 2,20 euros el kilo, aunque en unas semanas bajará. Comprada directamente al productor, puede costar entre 1,50 y 1,70 euros.
Junto a las patatas, estos días también están apareciendo los primeros nísperos y cebolletas. Mientras tanto, productos como la lechuga están en su recta final.