Devoción, emoción y religión mueven cada año a decenas de personas de Ibiza a hacer una peregrinación ante la Blanca Paloma o la Reina de las Marismas, que es como se conoce también a la Virgen del Rocío. Un recorrido que este domingo culminó en la Iglesia de Sant Antoni desde el pueblo de Forada.
No obstante, antes de esta peregrinación rociera a la localidad, la Hermandad Nuestra Señora del Rocío de Sant Antoni llegó al Pou de Forada este sábado y, tras pasar, muchos de los hermanos y hermanas, la noche en la feixa, este domingo por la mañana se celebró la misa solemne entre el pinar de este pequeño pueblo. Por la tarde tuvo lugar el regreso tranquilo a Sant Antoni.
Recorrido
Una vuelta que consistió en siete kilómetros de caminata junto al Simpecado del Rocío que, según una de las rocieras de la comitiva, se descolgó del carromato para trasladarlo a pie hasta el templo de la localidad. Esta venerada insignia, precisó, es la insignia o estandarte que abre la marcha de las procesiones de los peregrinos de las hermandades de la Virgen. Los hermanos y hermanas rocieras dejaron sus carretas en el paseo y llenaron de alegría y devoción rociera las calles de Sant Antoni en su trayecto hasta la iglesia, mientras daban palmas y cantaban.
En la capilla reposará esta venerada insignia hasta noviembre, que es cuando habrá una nueva peregrinación y misa en el monte. Cabe recordar que la celebración portmanyina del Rocío ha durado todo el fin de semana con un festejo que comenzó el sábado en la Iglesia de Sant Antoni. La mañana empezó con una misa solemne en el templo que precedió a la comitiva que más tarde recorrería el camino hasta Forada con las carretas tiradas por caballos junto al SimPecado.