Fotografías, documentos y objetos de todo tipo. Esto es lo que encontraron alumnos del grupo 4-C del curso 2009-2010 del IES Quartó de Portmany cuando abrieron su Caja del Tiempo que dejaron cerrada hace 15 años con el objetivo de reencontrarse con ella más adelante, en un acto que adquirió un componente muy emotivo.
Esta Caja del Tiempo fue concebida como una práctica pedagógica, vinculada al paso del tiempo y a la responsabilidad del devenir. En el evento, los miembros de la comunidad del Quartó pudieron confrontar las expectativas expresadas en el 2010 respecto a las trayectorias personales y colectivas. No solo se trató de un ejercicio de nostalgia, también de una oportunidad para subrayar el compromiso de Ibiza con la educación.
La iniciativa fue encabezada por el profesor y gestor cultural Jaume Gomila Saura, destinado en el centro entre el 2008 y el 2010, coincidiendo con un periodo de efervescencia creativa, en el cual nacieron proyecto que superaban la actividad lectiva ordinaria.
Sin duda, la propuesta más remarcable de Gomila fue la implantación del Bachillerato de Artes Escénicas, bajo la dirección de Carmen Guasch. La modalidad emprendió asignaturas como la expresión artística, la anatomía aplicada, la escritura dramática, el lenguaje musical o la cultura audiovisual. Así, se atendía una necesidad, y a la vez, se despertaba una expectativa ilusionante, a favor del talento joven.
Además, en la línea de esta idea, Gomila también impulsó la creación de la Escuela de Arte Dramático de Ibiza (EADE) que ofrecía estudios regulados en interpretación, voz y movimiento. Por desgracia, la EADE se extinguió después de dos cursos enteros y algunas secuelas parciales, sin haber conseguido la tutela de la Escuela Superior de Arte Dramático de las Islas Baleares, pese a que la demanda formativa persistía. En cualquier caso, la convivencia de los dos programas didácticos empoderó una primera hornada de artistas emergentes que pudieron completar tanto el bachillerato como el ciclo formativo.
«Espero que los estudios artísticos representen ya toda una tradición y que el Quartó se haya convertido en el centro pitiuso de referencia en cuanto a las artes escénicas y audiovisuales», decía Gomila hace ya 15 años. «Esta caja del tiempo ha reafirmado el papel de la escuela como un espacio de convivencia donde repensar el mundo, construir relatos y generar cohesión colectiva. Con su apertura, se cierra un ciclo simbólico, el impacto del cual continua», concluyen desde el centro.