Aunque lleva dos legislaturas como concejal en el Ayuntamiento de Eivissa -una gobernando y otra en la oposición- él está seguro de que representa algo distinto; tanto en su partido, como en la política ibicenca. La participación y el diálogo son sus obsesiones de campaña.
—Hace unos meses manifestó que lo primero que haría como alcalde sería buscarle una salida a la situación del Cetis... ¿Mantiene esa prioridad?
—Posiblemente ahora sería más prioritario substituir el emisario de Talamanca, para lo cual tenemos presupuesto y dependemos de nosotros mismos.
—Pero no llegaría a tiempo de arreglarlo esta temporada...
—Cambiarlo en pleno agosto sería complicado, pero nuestro primer objetivo sería solucionar ese problema. Y otra prioridad sería abrir el Cetis. No creo que sea tan difícil; de hecho, ya hubo una alcaldesa del PP que la abrió, y funcionaba. Si hay voluntad política se puede hacer. Una parte de la patronal está de acuerdo e intentaremos pactar con los que no están de acuerdo.
—La limpieza es otra de las grandes asignaturas pendientes...
—Para empezar, la contrata ha caducado. De diez personas con las que hablo, nueve me dicen que la suciedad es el gran problema de la ciudad. La nueva contrata está en proceso de licitación, y la solución pasa por concienciar, por hacer seguimiento y por sancionar a los que ensucien. Además, habrá más controles, más trabajadores y más maquinaria.
—El centro de Vila aguanta cada vez más tráfico...
—La pasada legislatura nosotros hicimos un plan de movilidad bastante completo, pero lo metieron en un cajón. No podemos permitir que el coche gane la partida a las personas. Para ello haremos párkings disuasorios, bien comunicados y potenciar el transporte público y la bicicleta.
—¿Habrá más carriles-bici?
—El problema de los carriles-bici es el alto coste de ejecución, por eso apostamos por las denominadas vías ciclistas, donde bici y coche comparten un espacio separado por pilotes.
—Si llega a la alcaldía, se encontrará una reforma del Port de Vila diseñada y, en parte, ejecutada.
—Seguiremos la hoja de ruta consensuada en el ayuntamiento. Una hoja de ruta que la Autoritat Portuària de Balears (APB) ha menospreciado. Por suerte, Francina Armengol ya se ha comprometido a decirle a la APB que el puerto debe ser el que decida la ciudad. Plantearemos un diálogo entre administraciones públicas.
—¿Hacia dónde debe ir el urbanismo de Vila?
—Debe ser el que recoge el Plan General del 2009. No puede ser que unos señores con intereses, y con poder, paren el urbanismo de Vila, como han hecho los que quieren construir en ses Feixes.