Desde el pasado mes de junio, inquilinos de los apartamentos situados en el Edificio I de la Avinguda de La Mola número 95 comenzaron a escuchar rumores de que las propiedades que habían alquilado a una empresa situada en Barcelona, se encontraban en situación preocupante. Pero no es hasta esta semana cuando reciben notificaciones de alzamiento por parte del Juzgado, ya que al parecer la empresa a la que ellos abonaban el alquiler se declaró en bancarrota y los pisos han pasado a ser propiedad de la Banca March.
Según explicó a PERIODICO de IBIZA Y FORMENTERA la inquilina de uno de los inmuebles, Nuria Grifell, «se trata de más de 20 apartamentos y tres locales comerciales, uno de ellos ya con la cerradura cambiada por los agentes judiciales porque se encontraban fuera de la isla y no sabemos si hay más pisos a los que se les haya aplicado este procedimiento».
«Si te pillaban en casa y les enseñabas el contrato tomaban nota, pero si no estabas te cambiaban la cerradura y en este momento mucha de la gente está fuera de la isla», señaló la inquilina.
Nadie dice nada
Grifell apuntó además que, «a inicios de esta semana nos encontramos con todo el tinglado, nos han dicho que tenemos 10 días para presentar en el Juzgado Número 2 de Eivissa nuestros contratos y recibos de alquiler, pero nadie nos dice nada, ni la Banca March ni la empresa con la que hemos contratado el alquiler de los pisos, por lo que no sabemos si podremos seguir en las viviendas a partir de enero».
Desde la Banca March, «nos han dicho que si nos interesaba los pisos estaban a la venta por un montante superior a los 300.000 euros, algo que la mayoría de nosotros con sueldos mileuristas no puede pagar».
Los inquilinos hablaron hace unas semanas con una empleada de la empresa Carlofergo SL, «pero hace días que no atienden el teléfono», comentó una de las afectadas.
Desde este rotativo hemos querido también contactar con esta empresa dedicada a la gestión de bienes inmuebles, según figura en Internet, pero sin éxito.
Otro de los vecinos de la urbanización, Gustavo Navarro, explicaba ayer que «después de cinco años de mudanzas en Formentera, conseguimos este piso para todo el año a un precio caro pero razonable para la isla y ahora resulta que nos dicen que es del banco pero tampoco nos dan soluciones» y añadió que, «mi pareja y yo con una niña pequeña no podemos ir a vivir a un garaje como hace mucha gente lo que te invita a replantearte lo de vivir en la isla, ya que hay faena pero el tema de encontrar vivienda es imposible y si la encuentras es a un precio desorbitado».
Los inquilinos se han quejado también del estado de deterioro de la urbanización y por la falta de mantenimiento de la misma. Los contratos de alquiler de los pisos fueron firmados por cinco años, mientras que los de los locales comerciales han sido por 10 años.
El juicio está previsto que se celebre durante el mes de enero y entonces estos inquilinos sabrán cual es su suerte, mientras siguen abonando sus alquileres para evitar mayores problemas.