Acercarse en estos días al trozo de playa des Cupinà que habitualmente ocupaba el Quiosco de Bartolo da autentico vértigo, al comprobar que de la instalación no queda ni rastro. Se hace casi irreconocible esta parte del litoral de Formentera.
Bartolo Escandell y sus hijos han sido los primeros en ejecutar el obligado desmontaje, una vez finalizado el periodo de la autorización de explotación del carismático chiringuito.
Escandell es además el presidente de la Asociación de Concesionarios de Playa de Formentera y reconoce que en las últimas semanas ha habido un poco de incertidumbre: «En principio el Consell nos dijo que estaban esperando una prórroga de la autorización de ocupación del litoral por parte de Costas y que confiaban en que no tuviésemos que desmontar los quioscos. Primero nos dijeron que nos lo confirmarían en 10 días, después en 12 y finalmente, lo que nos confirmaron es que los quioscos deben desaparecer».
La última autorización data del 2012, inicialmente para 8 años de explotación, el año pasado se prorrogó para compensar los efectos de la crisis sanitaria derivada de la covid. Pero el final de esta llegó inexorablemente el pasado 30 de noviembre, como ya se conocía.
Sorprende que la institución insular contemplase la posibilidad de una prórroga, cuando el pasado 29 de noviembre se inició el proceso de licitación para el periodo 2022/2027 y por tanto está pendiente de resolver y saber quiénes van a ser los nuevos concesionarios, que pueden ser los mismos actuales o bien otros de los que se presentan al concurso.
Las autorizaciones han ido cambiando la forma de otorgarse, a lo largo de la historia. Durante un tiempo se renovaban año a año, después para dos años, después para cuatro, hasta que finalmente el pasado 2012, se decidió otorgarlas para un periodo más largo (8 años), con el objetivo de que los concesionarios pudiesen mejorar las instalaciones.
En este sentido Escandell manifiesta que «en la anterior finalización de la autorización no se nos hizo desmontar, desconozco los motivos. En este caso los quioscos desaparecen y estamos a la espera de lo que pueda pasar, de momento no sabemos nada más».
Bartolo, al igual que otras familias llevan toda la vida al frente de estos pequeños negocios, que en la mayoría de los casos son el sustento de todo un núcleo familiar: «Llevo en este quiosco desde los 18 años y tengo 64, son 46 años al frente del mismo y mis dos hijos trabajan aquí conmigo y mi mujer. Antes todo era mucho más fácil, ahora la burocracia lo complica todo».
Por su parte, Vicent Coixet del Quiosco La Franja expresa su preocupación por el futuro: «No tengo claro que el próximo verano haya quioscos de playa, con lo lentos que son estos procesos, es muy probable que la licitación no esté terminada y estas instalaciones no se pueden montar de un día para otro».
Un aliciente invernal
Desde el pasado 2009, los quioscos de playa podían saltarse el obligado desmontaje anual, a cambio de ofrecer servicio para los residentes los fines de semana de invierno. A lo largo de los años se han ido consolidando como una oferta para los isleños, que han podido disfrutar del invierno en el litoral, gracias al buen clima de la isla.
Lamentablemente este año, no habrá quioscos en invierno.