El Centre Antoni Tur Gabrielet de Formentera ha celebrado esta semana una mesa de debate sobre urbanismo, protección del territorio y ecologismo, organizada por la Obra Cultural Balear de Formentera (OCBF). En este encuentro participaron el conseller de Territorio, Rafael González; la abogada formenterense especializada en urbanismo, Maite Ferrer; la representante del GEN-GOB, Neus Prats y Samantha Pardo, en nombre de la Asociación de Vecinos de Formentera.
Las palabras que más se escucharon a lo largo de casi dos horas de debate, fueron: decrecer, prohibir, reducción, control e inspecciones.
El conseller González expuso la cronología de las normas de urbanismo: «Las primeras normas subsidiarias fueron en 1989, muy avanzadas y proteccionistas en aquel momento. En 2005, el Partido Popular, desde el entonces Consell d'Eivissa i Formentera, hizo un Plan Territorial Insular (PTI) que desprotegía el territorio y especialmente a Formentera. Y, finalmente, en 2010, ya desde el recién constituido Consell de Formentera, se vuelven a aprobar unas normas proteccionistas, que permiten que haya mucho suelo en Formentera inedificable y con figuras como ANEI, LIC, ZEPA, la protección de parque natural y la normativa de Costas que imposibilita que el litoral de Formentera cambie».
Medida estrella
La medida estrella del Consell de Formentera en materia de decrecimiento ha sido el control de acceso de vehículos a la isla en temporada alta. Esta cuestión fue muy criticada en la mesa. La abogada Maite Ferrer comentó: «Una reducción del 12% de los vehículos, respecto a las cifras del verano de 2019, cuando la isla estaba saturadísima y al borde del colapso, es insignificante. Ustedes lo venden como la gran solución a bombo y platillo y realmente seguimos teniendo un problema en las carreteras y los caminos de la isla. Deberían ser más valientes y aplicar reducciones del 50% por lo menos». Ferrer criticó también el actual crecimiento urbanístico de la isla: «Seguimos permitiendo la construcción, pero no la de viviendas en vertical para la ciudadanía de a pie, sino chalets de lujo con piscina, que solo pueden disfrutar unos pocos, una semana al año. Eso no va a solucionar el grave problema de vivienda que sufre la isla».
Para la representante Neus Prats, la única solución pasa por decrecer: «Si ustedes limitan la entrada de vehículos, pero al mismo tiempo se está urbanizando toda la isla y creando nuevas casas, esta gente no va a ir a pie y no les van a poder negar que tengan sus coches aquí. Y la medida de que todo lo que se construye desde el 2010 no se puede alquilar turísticamente, no es así. No hay inspecciones que lo controlen y cama que se crea, cama que se ocupa».
La representante de la asociación de vecinos de Formentera, Samantha Pardo, reclamó inspecciones, dirigiéndose directamente al conseller: «Ha hablado usted de muchas figuras de protección del territorio, pero nadie vigila su cumplimiento. Necesitamos inspecciones que controlen el territorio y el urbanismo. En este momento todo el mundo está haciendo obras de reformas tanto en zona forestal como urbana y esto pasa totalmente desapercibido sin que nadie lo controle», concluyó.