El Parlament balear cerró ayer el último periodo de sesiones de la legislatura con la aprobación del proyecto de ley más importante del gobierno del actual presidente de la Comunitat Autònoma, Jaume Matas, las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT). Esta ley será, a partir de ahora, la de mayor rango en Balears en la materia y tiene como objetivo, según Matas, «preservar el futuro, el medio ambiente y la creación de riqueza».
El texto, que tendrá una vigencia de diez años, permitirá «poner freno al crecimiento urbanístico desordenado», señaló Matas tras la votación. La oposición, cuyas enmiendas fueron sistemáticamente rechazadas por el grupo parlamentario popular, considera, sin embargo, que las DOT representan «una oportunidad perdida».
El Ejecutivo balear prevé que con esta nueva normativa en los próximos años se desclasificarán unas 4.500 hectáreas de suelo urbanizable, mientras que el crecimiento urbanístico no superará el 10 por ciento. Los grupos de la oposición rebaten estas cifras y, tanto el PSOE como la formación ecologista Els Verds coinciden en afirmar que no tendrán apenas aplicación práctica. «El texto final es un puro fraude. El proyecto de ley estaba devaluado respecto a los que se habían redactado anteriormente y se ha devaluado aún más en el trámite parlamentario», señala el diputado socialista ibicenco Vicent Tur. El PSOE considera que las DOT «siguen en la línea de quitar competencias a los consells, como lo demuestra que la desclasificación la decidirá de ahora en adelante el Govern, oídos los ayuntamientos y las comissions insulars d'urbanisme». «En Eivissa han querido venderlo como si se dieran competencias y en realidad sólo permite al Consell aprobar normas como la de las cimas de las montañas por la vía de la autorización», concluye Tur.