La consellera de Medi Ambient del Govern balear, Margalida Rosselló, afirmó ayer que es «muy probable que se deniegue el permiso a la desaladora del campo de golf» debido a que los datos que constan en la solicitud no concuerdan con los que constaban en el proyecto cuando éste recibió la declaración de interés social del Consell Insular d'Eivissa i Formentera.
La noticia fue gratamente recibida por el conseller de Medi Ambient de la institución insular, Joan Buades, que confirmó que esta medida está incluida dentro del paquete de acciones urgentes previstas por la izquierda para evitar la construcción del campo de golf. «Nosotros siempre hemos defendido que este trámite está mal hecho, porque el proyecto inicial hablaba de tres depuradoras y una potabilizadora y ahora sólo hay una potabilizadora y es mucho más pequeña de lo previsto inicialmente», señaló el conseller. Según Buades, la denegación de esta autorización es ya motivo suficiente para impedir las obras, puesto sin desaladora no se daría cumplimiento a los requisitos exigidos por la Ley de campos de golf.
A pesar de que la licencia para construir la desaladora del campo de golf depende del Ayuntamiento de Sant Josep, la promotora del campo de golf, Calas del Mediterráneo, precisa de un informe favorable de la Conselleria y, concretamente, de la dirección general de recursos hídricos (antigua dirección general del régimen hidráulico). Este permiso, según el Consell, lleva pendiente de resolución desde hace dos años.
El partido ecologista Els Verds ya había recurrido esta cuestión ante los tribunales, al entender que no se puede dar el visto bueno a la desaladora porque el proyecto inicial preveía una producción de 1.180 metros cúbicos de agua al día, mientras que en el expediente que actualmente se tramita tan sólo consta un caudal de 600 metros cúbicos diarios. Por ello, Joan Buades afirma que no le extraña que la consellera de Medi Ambient se haya quedado «sorprendida» y esté decidida a no dar el visto bueno al permiso.