El conseller de Turisme del Govern balear, Celestí Alomar, confirmó ayer en Eivissa que el próximo mes de enero se anunciará cuál es la fórmula que finalmente se implanta en Balears para captar recursos económicos adicionales y destinarlos a los dos principales objetivos que se ha marcado la Conselleria: regenerar las zonas turísticas degradadas y mejorar los espacios naturales. «El 100 por cien de las personas consultadas están de acuerdo con esos dos objetivos», dijo Alomar, mencionando expresamente a los empresarios de las Islas y a los mayoristas extranjeros. La decisión se comunicará en enero, aunque la previsión es que el impuesto turístico (sea cual sea la fórmula por la que se opte) no se empiece a cobrar hasta el 2001. De esta manera se pretende evitar que el sector turístico tenga problemas con los paquetes que hayan sido negociados con antelación. «Ya llevaremos medio año en el Govern y creo que para entonces conoceremos ya todas las opiniones», dijo Alomar.
Alomar indicó ayer que, en estos momentos, todo el mundo coincide en que son necesarios más fondos económicos, que se pueden obtener por dos vías: desde el sector turístico o por aportaciones del Gobierno central a través de la ley del Régimen Especial para Balears (REB). «Tenemos claros los objetivos, tenemos claro que habrá que crear un fondo turístico y ahora nos planteamos dos alternativas: o crear un impuesto directo al usuario o crear una figura impositiva, que podría establecerse a través de las empresas, más las aportaciones realizadas por otras administraciones», resumió Alomar. Como plazo límite para saber si el Gobierno está dispuesto a colaborar, el Ejecutivo autonómico se ha fijado la primera semana del próximo mes de noviembre.