El president Francesc Antich admitió ayer en el Parlament que alrededor de su Govern «se extiende una buena dosis de utopía». «Históricamente, la utopía ha hecho avanzar los pueblos y los ha desatado del determinismo; la utopía pone las sociedades en movimiento», destacó Antich durante su intervención en el debate sobre el estado de la Comunitat. El president prometió que en el trabajo de su Govern «trataremos de introducir la utopía como principio de todo progreso», y añadió que «podemos estar bien seguros que haremos el salto más grande que nunca se haya hecho en este país».
Antich, que pronunció un discurso de casi una hora y media, sostiene que «Balears necesita una cultura crítica que fomente la confrontación y el debate profundo». Antich se comprometió a no defraudar «la sólida credibilidad popular que ha generado su propuesta de acabar con el fatalismo de un futuro predeterminado».
El president destacó que su Govern «tiene un punto de partida pero no un punto de llegada». Y aseguró que Baleares «es un país que avanza en dos vías por las cuales se circula a distinta velocidad». «Por una de las vías la circulación es acelerada hasta el peligro. Los motores van a su máxima potencia y se calientan. Cada curva es un riesgo. La velocidad supera todos los límites razonables y las posibilidades de accidente se multiplican», describió. Por la otra vía «todo va poco a poco, con una cruel lentitud».
Antich sostiene que por la vía rápida circula la presión sobre el territorio, y que por la vía lenta las pensiones, los salarios y la capacidad de ahorro, entre otras cosas. «Hemos de reconducir el proceso. Hemos de parar unos aspectos de nuestro país y relanzar otros. Así de sensillo y así de complicado», admitió el president del Ejecutivo autonómico.