Ya nada remediará que la huelga persista hasta las cero horas del lunes, momento en que acaba la convocatoria. Ni los esfuerzos negociadores del Govern, por medio del president Antich y el conseller de Treball, Eberhard Grosske, ni el preacuerdo, que a regañadientes aceptó la patronal del servicio discrecional, fueron suficientes para una asamblea de trabajadores que rechazó en dos ocasiones la propuestas que se les lanzaba. La decisión ha provocado un cisma entre la dirección del sindicato y los huelguistas, ya que el comité de huelga estaba dispuesto a firmar un preacuerdo que consideraba «aceptable» y mucho mejor que cualquiera de las propuestas que había lanzado la patronal en las diversas reuniones.
Ante la situación, el comité de huelga se disolvió, a la espera de la celebración de una asamblea de delegados en CC OO para abordar la estrategia a seguir en los próximos días, a la cual asistirá el secretario general en las Pitiüses, José Antonio Carmona. Precisamente, en Eivissa ni siquiera se llegó a votar el preacuerdo, ya que cuando los trabajadroes discutían si lo aceptaban Carmona recibió una llamada telefónica en la que se informó de la disolución del comité de huelga como consecuencia del rechazo de los huelguistasmallorquines. En este sentido, los trabajadores pitiusos fueron siemrpe a remolque de lo que se decía en Palma.
La propuesta lanzada desde el Consolat de la Mar incluye la mayoría de las demandas de los huelguistas, como así se reconoció desde CC OO. En primer lugar fijaba la subida salarial de los conductores en un 18% en los tres próximos años. El sueldo base del primer año sería de 160.000 pesetas, una cantidad que llegaría a 173.000 en 2003. Igualmente, el nuevo convenio, de haberse firmado, permitía la incorporación al mismo de la clase C, que hasta ahora se encontraba fuera del convenio. Los conductores de autocar, además, cobrarían un plus por carga y descarga de equipaje que alcanzaría las 35.000 pesetas el presente año, 38.000 en 2002 y 40.000 en 2003.
En cuanto a las horas de trabajo y a las condiciones laborales, éstas no han sido en ningún momento cuestiones trascendentales en la negociación, a pesar de que eran temas «irrenunciables» para los ibicencos. Tanto el comité de huelga como trabajadores se mostraron conformes con la creación de una comisión que estudie el caso.