El Pacte ha decidido limitar la presión urbanística del municipio de Eivissa con la aprobación en el pleno de ayer de la suspensión cautelar de las licencias de construcción para urbanizaciones y viviendas en suelo urbano. La intención del Ayuntamiento de Eivissa es que esta paralización sea de carácter temporal (el plazo es de un año) y estará supeditada a la modificación de la normativa del Plan General de Ordenación Urbana que incluya un sistema de cupos de licencia.
La medida atañe, además, a 13 solicitudes de licencia para 400 viviendas presentadas hace menos de dos meses y que no han sido informadas. Sin embargo, no se verán afectadas las peticiones referentes a los Planes Especiales de Protección y Reforma Interior de Dalt Vila, sa Penya y la Marina y las viviendas sociales.
El acuerdo del pleno municipal se adoptó con la abstención de los concejales del Partido Popular, cuya portavoz municipal, Virtudes Marí, pidió que se retirara la propuesta del pleno para estudiarlo ya que consideró que se trata de una decisión improvisada y apresurada. «Estamos dispuestos a consensuar el urbanismo del municipio, porque es una de las decisiones más trascendentes para los vecinos del municipio», explicó Marí.
El concejal de Urbanismo, Joan Bonet, destacó «la necesidad de controlar el crecimiento urbanístico» durante su intervención y recordó que, hasta ahora, «eran los promotores quienes marcaban el urbanismo de la ciudad y lo que pretendo es que sea el Ayuntamiento». El Pacte argumentó esta decisión sobre criterios medioambientales.