El Instituto Balear de Saneamiento (Ibasan) tendrá sobre la mesa del próximo consejo de administración, que se celebrará el lunes 30 de julio, el estudio de olfatometría que ha encargado a una empresa del grupo Aigües de Barcelona (Agbar) para determinar cuáles son las causas del hedor que produce la estación depuradora de aguas residuales de Eivissa y de qué manera se puede remediar para que no moleste al vecindario y deje de ser un peligro para los trabajadores, según detalló el director territorial del Ibasan en las Pitiüses, Ramon Mayol. Para el estudio de olfatometría, la empresa de Agbar estuvo tomando mediciones a principios de la semana pasada, coincidiendo, curiosamente, con tres días en que dejó de sentirse los olores nauseabundos en los alrededores. El hedor volvió a sentirse el jueves.
La olfatometría es una técnica que permite establecer una relación entre los posibles orígenes de los malos olores y su repercusión en el medio ambiente, permitiendo determinar la fuente principal y, de esa manera, adoptar medidas que permitan eliminar o minimizar los focos de contaminación. Según un estudio de Infilco, la empresa que gestiona la depuradora (propiedad del Ibasan), los principales gases que emite son el sulfuro de hidrógeno, el amoniaco y el monóxido de carbono. Los dos primeros provocan, además de mal olor, graves problemas de salud.
En la planta de pretratamiento de la depuradora el límite de exposición de corta duración sobrepasa «ampliamente» los valores permitidos. Ante esa situación, que ocasiona un problema «muy grave» de salud laboral, el Ibasan ha decidido actuar para poner remedio. Mientras tanto, la dirección general de Salud Laboral ha comenzado a recabar datos sobre la situación descrita en el estudio de Infilco y se propone confirmar si las deficiencias se mantienen un año después de que fuera redactado. Según admite el director territorial del Ibasan, probablemente las condiciones existentes ahora son peores que entonces.