El ritmo musical de las xeremies, flabiol y tamborino se acelera y la emoción del numeroso público congregado en el exterior de la iglesia de Algaida aumenta drásticamente. Es el baile llamado «Titoieta», que acaba, como siempre, con la victoria del bien, encarnado por los cossiers, sobre el maligno dimoni, personificado por Miquel Ballester.
Las danzas ancestrales exhibidas en el día de la festividad de Sant Jaume entusiasmaron ayer a los asistentes; algaidins y foráneos. Junto al alcalde, se encontraba el president del Govern balear, Francesc Antich, que como buen algaidin no quiso perderse las arraigadas celebraciones de su pueblo. Por supuesto, el aroma de la albahaca ambientó de fiesta las calles céntricas de la localidad, que resumaba sabor festivo.
La animación y expectación era grande. Los cossiers de este año han sido: Pep Pou, Ricard Echevarría, Joan Antoni Oliver, Toni y Xesc Barceló y Sebastià Verger. Mientras que el protagonismo de la dama ha sido asumido por Joana Oliver. Además del baile de la «Oferta», danzado en el interior de la parroquia, y del ya mencionado «Titoieta», los elegantes cossiers danzan «Mestre Joan», «Els Reis», «es Mercansó», «Flor de Murta», «sa Dansa Nova» y «Obriu-nos».