El 14 de mayo de 1999 la entonces senadora y candidata del Pacte Progressista a la presidencia del Consell Insular convocó a los medios de comunicación acompañada de Josep Marí Ribas, hoy conseller de Turisme, para dar a conocer cuáles eran las prioridades de la coalición de izquierdas en materia turística. La campaña no había empezado aún oficialmente, pero eran ya días de mucho movimiento político, en las que acaparar portadas es el objetivo de todos.
Al día siguiente, Ultima Hora Ibiza y Formentera recogió en su primera página el anuncio de los candidatos de que respaldarían la creación de un impuesto turístico con el objetivo de utilizar la recaudación en mejorar el entorno. Ni ese día ni los siguientes el Pacte Progressista se puso en contacto con esta redacción para desmentir la noticia que, por otra parte, también fue comentada en otros medios de comunicación aunque estos le dedicaron menos espacio.
Pero en campaña electoral un candidato no puede permitirse el lujo de enfrentarse con ningún sector. O eso debió ser lo que pensó tres días después la flamante candidata de la izquierda cuando se entrevistó con la directiva de la Pimeef. Los empresarios sacaron el tema de la ecotasa y Costa les tranquilizó diciendo que la prensa había malinterpretado sus palabras, que se había exagerado y que nada más lejos de su intención que «imponer» un impuesto turístico. Al parecer, y según explicó la propia Costa en rueda de prensa acompañada por Antoni Marqués, presidente de la Pimeef, había sido el verbo «imponer» la base del desmentido que la política progresista hizo a los empresarios.