Los agricultores ibicencos dedican el verano al cultivo de grandes cantidades de fruta debido al aumento de la demanda en esta época. Los terrenos se llenan de sandías ralladas de distintas clases, melones galia, melody o de piel de sapo, melocotones, manzanas, naranjas y fresas, entre otras. Éstas últimas, sólo se cultivan en la finca de Can Pool de Antonio Terrasa.
Los sistemas de cultivo que se utilizan son bastante rudimentarios porque los propietarios coinciden en que, a pesar de introducir nuevas técnicas bajo el asesoramiento de Bernabé Linero, ingeniero técnico agrícola de la cooperativa, quieren conservar el sistema tradicional, que es, en realidad, el que hace que la fruta ofrezca su sabor natural y tenga una mejor conservación, aunque la mayoría de la cosecha se recoge y se vende en el mismo día. El sistema de riego es por goteo en la mayoría de los cultivos. Con el objetivo de racionar el agua se coloca sobre la siembra un plástico acolchado negro que conserva más tiempo la humedad.
Con la formación de la cooperativa han conseguido aumentar la producción introduciendo nuevas técnicas de cultivo que conviven con el sistema tradicional como, por ejemplo, el barbecho. Así se consigue mayor calidad en los productos que, además, tienen un seguimiento y un control diario realizado por Bernabé Linero. Su función es, entre otras, asesorar a los propietarios sobre la siembra, exterminar las posibles plagas y tratar de que todo el proceso esté en regla.