M.H.
El Consell Insular defenderá la ampliación de las desaladoras de
Eivissa y Sant Antoni -así como su interconexión, considerada como
prioritaria- antes que la construcción de una nueva planta en la
isla de Eivissa por el elevado coste económico y medioambiental que
tendría esta última medida. Así lo acordaron ayer los consellers
del equipo de gobierno y el del grupo mixto, que rechazaron de esta
manera la propuesta del popular Pere Palau de instar a la
administración balear y estatal a iniciar los trámites para
construir nuevas potabilizadoras.
La consellera de Medi Ambiente, la progresista Fanny Tur, dijo que las pequeñas desaladoras resultan muy costosas y manifestó que, si bien es consciente «de que hace falta agua desalada» se inclina por ampliar las actuales instalaciones e interconectar para sacarles el máximo rendimiento y no provocar más impacto paisajístico.
De hecho, explicó que en pleno mes de agosto la desaladora de Sant Antoni funciona al 50 por ciento de su capacidad y que aún podría contar con un módulo más. Por su parte, el conseller ecologista Joan Buades advirtió de que el funcionamiento a pleno rendimiento de las desaladoras de Eivissa y Sant Antoni significaría que estas plantas consumirían más del diez por ciento de toda la energía que se consume en Eivissa. son más rentables las grandes plantas que las pequeñas