La consellera de Medi Ambient del Govern, Margalida Rosselló, y el director general de Recursos Hídricos, Antoni Rodríguez Perea, aseguran que el próximo 15 de octubre ya estará lista la conexión de la desaladora de Eivissa con un generador de la central eléctrica de Gesa, lo que evitará problemas en el suministro eléctrico de la planta. Rodríguez Perea, por su parte, recalcó que ayer mismo se restableció el funcionamiento de los dos motores que se habían averiado, por lo que la planta recuperaría en pocas horas el ritmo normal de producción. Señaló, además, que la causa de estas averías es seguramente el polvo suspendido que genera la montaña de tierras y vertidos procedentes del dique de Botafoch que se están acumulando en las inmediaciones de la desaladora.
El director general de recursos hídricos explicó que el exceso de polvo en suspensión no podía ser eliminado por los filtros de la planta, lo que obturó los motores, en especial los intercooler, intercambiadores de gases que refrigeran los de salida y calientan los de entrada. Por otro lado, Rodríguez Perea señaló que los malos olores de la depuradora de Formentera finalizarán en breve, «en cuanto llegue a la isla parte de un pedido de varias toneladas de carbono activo que es el sistema de filtro vegetal que elimina los hedores», y que por razones ajenas a la Conselleria de Medi Ambient aún no han llegado.
Rodríguez Perea recordó que en los últimos tiempos se ha pasado de una a dos personas encargadas del mantenimiento de la planta, que se ha instalado un nuevo cuadro eléctrico y que se ha aprobado un proyecto mediante el cual se suprimirán las actuales turbinas de la planta por sopladores que mejoran la eficacia del proceso de depuración. Según el responsable de recursos hídricos, el problema de la planta de Formentera es semejante al que por fin se pudo detectar en la de Eivissa. «Cuando hay tramos de red muy largos o con muy poca pendiente el agua no circula bien y llega demasiado séptica a la planta, lo cual produce los malos olores».