En la Sala Dalias se reunió el miércoles por la noche un heterogéneo y numeroso grupo de personas, todos deseosos de no perderse la fiesta de presentación del primer disco Namasté, nombre con el que se conoce a una original propuesta que se da cita todos los miércoles por la noche en este rincón de la isla. «Namasté nació en 1999 para organizar actuaciones con corazón. Y aunque ahora ha perdido algo de su inocencia y se ha hecho más comercial, eso es la realidad».
Con estas palabras describía el músico y manager artístico del evento, Jon Michell, el sentido de esta iniciativa que en un principio surgió como una sencilla reunión entre amigos y que finalmente ha llegado a ser la cuna de un CD de música «moderna y con toques orientales», que incluye los temas más conocidos de esa fiesta hindú. «La gente se acercaba al discjockey, Alok, y le preguntaban que quiénes eran los autores de la música. A raíz de aquello decidimos sacar el disco», recuerda el conocido músico ibicenco, quien a su vez interpreta una de las canciones en swahili, una lengua a la que le unen lazos muy sólidos. El disco ha sido producido por el sello Blue Flame.
El amplio jardín, como siempre decorado por alguno de los socios fundadores de Namasté, se había convertido en un exótico lugar. Muchos aprovecharon para cenar mientras disfrutaban del espectáculo mientras que otros, tumbados sobre cojines, se conformaban con saborear el típico té chai. Las primeras en actuar fueron dos barcelonesas, Ave y Jur, que sorprendieron con un espectáculo de malabares con fuego. Por el escenario también pasó el cómico Mister Alalú o el grupo Yarramá, de ritmos y danzas africanas.