Aprender divitiéndose. Este tándem parece estar cada vez más presente en los proyectos educativos actuales. Las lecciones densas y teóricas, aunque se mantienen, encuentran una alternativa en asignaturas que resultan más atractivas al alumnado. Un claro ejemplo de ellos es la clase de Tecnología del IES Algarb, en la que desde hace tres años llevan a cabo una iniciativa compleja pero que consigue motivar a los jóvenes que participan. Se trata de construir un catamarán a partir de los planos del arquitecto inglés James Warren, una idea con la que han sido seleccionados para acudir a la II Fira de Ciència i Tecnologia de Palma. Durante dos días un grupo de 23 alumnos de 4º de ESO, acompañados de dos profesores, compartirán espacio con muchas empresas punteras a nivel de investigación sobre telecomunicaciones y tecnología, así como con estudiantes de otros centros escolares. «El stand se dividirá en tres partes: una para la proyección de las fotografías del trabajo que han realizado en clase y la exposición las piezas construidas, un espacio para desarrollar un taller de nudos marineros y un espacio en el que construirán, en las 30 horas que pasaremos en la feria, una maqueta del trabajo», explicaba Rafael Serra, jefe del departamento. Aunque a lo largo de estos tres años la actividad ha logrado consolidarse, la complejidad del proyecto continúa siendo patente. Tras dos meses de trabajo, es difícil predecir cuándo estará listo el catamarán, cuándo podrá por fin navegar.
Hasta el momento los jóvenes, casi todos de entre 17 y 18 años, han finalizado el timón, dos cañas y medio casco. «Hemos descartado otras piezas y el mástil, de seis metros, nos lo construirán en una carpintería; y las velas, cangrejas, las compraremos», apuntaba el jefe de departamento. El resultado final será una embarcación de cinco metros de eslora y cuatro metros de manga. El apoyo económico que han recibido para acudir a la feria lo invertirán en el proyecto.
Sara Yturriaga